sábado, mayo 27, 2006

Palabras que buscan tus ojos


Es normal que las estrellas se cansaran de contar las pisadas en la arena. Durante años las contaron. Y eso pese, a que la Luna, enviaba cada noche a las olas para taparlas. Una y otra vez. Ola tras ola. Pisada tras pisada. Es normal que se hartaran las estrellas de contar, y miraran hacia otro lado. Fue entonces cuando te vieron. Allí, cerca de la playa, estabas tú. Estabas dormida, cabeza hundida en la almohada, soñando como sólo puede soñar la protagonista de tantos sueños. A tu lado, sobre la cama, un pequeño conejo con pijama azul sonreía al ver tu carita. Pequeño peluche con el fresco aroma de tu pelo entrelazado en sus orejas. Un poco más abajo, recién resbalado de la cama, un libro abierto. Páginas con el recuerdo y la esperanza de las caricias de tus dedos y tu mirada.
Y justo al lado del libro, un montón de folios desordenados acompañados con un bolígrafo azul. Tinta azul que había dejado sobre el blanco diversas ideas, pensamientos, impresiones, recuerdos…tinta azul que había dejado palabras en el folio. Palabras mezcladas como sólo sabes hacerlo tú, experta jugadora entre letras que esbozan sentimientos.
Allí estabas dormida mientras todo el mundo esperaba que abrieras esos enormes ojos. Las propias estrellas, inocentes estrellas, te esperaban, sin saber que tu luz las cegaría. Las olas con la ilusión de besar tus pies. La arena, para agarrarse a tu piel. El olor a sal para enredarse en tu pelo. El sol para besar tu cara. La mañana para recoger tus bostezos. Cádiz entera te espera cada mañana, esperando tus paseos por sus calles, tus risas y tus burlas. Tacita de plata con la vaga ilusión de ser la protagonista de los trazos de tu bolígrafo.
Se resisten las palabras a ser escritas en este texto. Miedo a parecer insolentes por saber que tus ojos saltarán entre ellas. Es difícil escribirte algo. Se agarran las ideas a las teclas y no quieren llegar hasta allí. Tendremos que continuar cuando se relajen, Marta.
Espero tu poesía.


Laín Coubert

viernes, mayo 26, 2006

Esas cosas raras llamadas libros (y VIII)


De nuevo acude a esta sección un libro de los elegidos por el club de lectura Calíope de nuestro pueblo. En este caso se trata de La Gangrena, de Mercedes Salisachs. Fue el premio planeta del año 1975.
Cuenta la vida de Carlos Hondero, hombre que consigue llegar a la cúspide empresarial desde unos humildes orígenes. Cuenta esa historia a partir, principalmente, de las mujeres que se cruzan en su vida. Al mismo tiempo, el libro, esboza la historia de España en los dos primeros tercios del siglo XX.
Libro tremendo en ocasiones, contando relaciones humanas donde el afecto desaparece para dar lugar a otros sentimientos.
Es un libro que, pese a su extensión, te pega a su lectura.

Nota de 8,7 sobre 10.

http://www.juntadeandalucia.es/cultura/web/jsp/index.jsp

Laín Coubert

martes, mayo 23, 2006

Preso de un triste adiós


Muchas veces me he puesto delante del teclado para intentar que esas teclas, pulsadas en determinado orden, expresen un reflejo, tibio reflejo, de lo que mi corazón siente. A veces, muy pocas veces, tienes la suerte de cruzarte en la vida con personas que tienen algo especial. No se sabe muy bien lo que es. No conoces la naturaleza de tal don. Pero lo tienen. Y Marta lo tiene. Sólo hay que pasear los ojos entre sus letras para verlo. Gracias Marta.


Flor innata de la vida, acariciaba sonrisas a su paso y desprendía aromas de pasión. Su olor aun tengo grabado, en mis noches de agonía, encerrado, a veces siento su brisa, y las lágrimas me huelen a su pelo, mi pecho, a dolor. Nuestro error, eso que llaman amar gastando sudor, no se si fue pasajero o ya cosa de una vida, perdí la noción del tiempo. Mas lo siento, que lo único que recuerdo después de haberla conocido es su recuerdo, solo eso. Su sinfonía, cautivadora, me hipnotizó; y lo di todo, hasta mis sesos, los di yo, que todo hoy pierdo, todo, hasta su voz. Y ya no se, si es de día o si es de noche, si me ilumina la luna o el sol. No se tan siquiera, si sigo vivo o sigo muerto, si este es mi cuerpo o con ella, también, se quedó. Que puedo hacer yo, prisionero de su destino, si no es seguir siendo un cretino que vive sin más esperando el fin de sus pensamientos, de sus delirios empapados en alcohol. Que mi reloj paró y el espacio enmudeció, y mis lamentos, en este frío folio, al son de mis demonios, son solo los lamentos de un cansado y pobre viejo, envejecido, por amor. Acurrucado en mi silencio, roto por su espectro que aun susurra mis defectos, me hallo preso, de un infinito, tortuoso ruego, de un mezquino y triste adiós.


Marta Álvarez Martín (Cádiz)

domingo, mayo 21, 2006

7:00 AM


La ficha decidió cambiar de color. Cambiar de color. Es lo importante. Lo demás no importa. La pequeña ficha decidió cambiar su color. Qué más da si se pasa del blanco al negro, o del negro al blanco. Lo importante es que la ficha decidió cambiar de color para ser feliz al vivir.

Los dedos acarician los cordones enlazados de las zapatillas. Algo más apretadas. Unos saltos en la plazoleta y empiezan las zancadas. Una, dos, tres…empieza la cuesta, cuatro, cinco, seis. Calle Real. El sol bosteza. Y los pies aceleran su paso. Siete, ocho nueve. Los adoquines brillan. El silencio domina la calle, sólo roto cuando alguna paloma, como alrededor de la Iglesia, mira con el cuello girado la carrera y murmura su extrañeza.
Charcos en la calle Cervantes. Las zapatillas destrozan los espejos olvidados en las aceras. Gotas de sudor riegan el asfalto. Diez, once, doce.
La Laguna hacia arriba, y de ahí, buscar la Corredera. Hacer que el corazón se acelere, como cuanto tú estás presente. Pero esta vez no lo estás. Surcos en el horizonte. Trece, catorce, quince.
El cielo empieza a llenarse de luz. Me pregunto si tus ojos se han abierto ya, estén donde estén. Sea cual sea la almohada donde tus mejillas han buscado hoy los mapas para romper nuestros mañanas.
Paso a paso, se llega al verde del Mirador. Un banco. Un minuto sentado. Respiración entrecortada. Sudor que hace que brille la madera del banco. Una pierna sobre el banco. El corazón sigue acelerado. Un pájaro se despierta sobre el sauce llorón. Un horizonte donde empieza a amanecer llena los ojos.

Saludos a lo Chuck Norris (Chuck Norris se comió una vez una tarta entera antes de que sus amigos pudieran decirle que había una bailarina dentro)

Laín Coubert

jueves, mayo 18, 2006

De nuevo, exámenes


Me he puesto a escribir. He escrito un textito. Y, tras terminarlo, lo he asesinado. Tras finalizarlo, lo he borrado. Demasiado grande hacen la tecla de borrado en los teclados.
Hoy he encuadernado mi trabajo de practicum. Me pregunto si dentro de esas tapas va algo más que un montón de folios. Va una importante parte de mi vida. Eslabón del que pende el pasado, presente y futuro.
Toda la gente está estudiando, de nuevo, para los exámenes. Yo vuelvo a no tener nada que hacer. Me puse a leerme la GGL d la diputación de Badajoz. Seis páginas de avance. Mal está la cosa. Espero que tengan más suerte los que se examinan ahora. Especialmente una persona.
Le doy al mando del cd. Suena una canción:

“Entiendo que te fueras y ahora
pago mi condena
pero no me pidas que pueda vivir.

Sin tu luna, sin tu sol, sin tu
dulce locura
me vuelvo pequeña y menuda.
La noche te sueña y se burla, te
intento abrazar y te esfumas”


Laín Coubert

domingo, mayo 14, 2006

España, el mundo al revés


Enciendo la televisión, TeleMadrid, por supuesto, y me llevo un susto morrocotudo: todos los diputados del Partido Popular de la Asamblea Autonómica están esposados. Lógicamente, lo primero que pensé es que se había llegado al fondo del caso de Tamayo y Sáez o que una ignota brigada policial inmobiliaria había descubierto alguno de los tejemanejes que nos traemos en la Comunidad. Pero, afortunadamente, la voz del locutor me saca de mi espanto y me explica que es una pantomima, un acto de protesta por lo de la terrible detención durante todo un día de dos de nuestros afiliados en el famoso caso Bono. La cara de Simancas, que en ese momento parece que tenía la palabra, era un poema y entre lastimeros quejidos sólo pudo decir, dirigiéndose a Esperanza Aguirre: “No tiene usted respeto por la institución. No tiene usted ni idea de lo mucho que nos ha costado a algunos que no tenemos apellido aristocrático ni rancio abolengo llegar hasta aquí”. Y es lo que yo siempre digo, ¿valía la pena el esfuerzo? ¿No es mejor que los Simancas de España sigan en sus cosas, sus honrados trabajos de toda la vida, y dejen que seamos nosotros, los de siempre, los que gobernemos la nación? Pero estaba escrito que el jueves iba a ser un día de sobresaltos. Apenas me alejo unos pasos del televisor para servirme una copa de Napoleón, cuando al girarme de nuevo veo a Martínez Pujalte dedicando una reverencia al rojo de Manuel Marín. Curado ya de espantos pensé que era una comedia clásica de las que a veces nos da por ensayar en la calle Génova, cuando nos aburrimos de jugar al Monopoly a tamaño natural. Vuelvo a subir el volumen, a mi me gusta ver la tele pero no oírla salvo caso de necesidad, y es de nuevo el fiel presentador de la cadena regional el que me vuelve a sacar de dudas: lo han expulsado. Es decir, uno de los nuestros, un español de siempre, de los de buena familia, ha sido el primer diputado expulsado del hemiciclo desde la instauración de la democracia. “¡Mandan güevos!”, que diría el añorado Federico Trillo, que nos echen del Congreso, cuando desde siempre hemos sido nosotros los encargados de echar, ya fuera a caballo o a pie, a todo el que se nos atravesaba en la carrera de San Jerónimo. Y es que en estos últimos tiempos este país parece el mundo al revés. La policía nos detiene por pertenecer a un partido político, nos manifestamos casi cada sábado por las calles y nos echan del Congreso. ¿Qué será lo próximo? Como sigamos así, cualquier día veo a uno de los nuestros asumiendo responsabilidades políticas y dimitiendo. ¡Señor, señor, qué hemos hecho para merecer esto!

BORJA MARÍA ZALLANA DE LOS ACEBOS (elplural.com, 13-05-2006)

jueves, mayo 11, 2006

A Carolina


A veces nos preocupamos por cosas que no merecen tal preocupación. A veces lloramos por cosas que no merecen tales lágrimas. A veces se nos derrumba el mundo por cosas que no merecen tal cosa. Mis lágrimas de ayer se pierden en las tuyas de hoy. A veces ocurren cosas que nos demuestran las nimiedades por las que nos preocupamos. Acostumbrarse a desacostumbrarse. ¿Recuerdas? Es triste ver que es al ver las tristezas de otros es cuando nuestras tristezas adquieren su verdadera importancia. Esa llamada también ha nublado algo mi cielo, Caro. Mi fantasma está allí, sentado en un sillón de plástico en Mérida.
Afortunadamente, en tu cielo y en el mío, siempre volverá el pesado del Sol a alumbrarnos



¿Qué puedo decirte, Caro? TE QUIERO
Para lo que necesites, tienes un amigo en El Viso, extremeña. A pesar de los kilómetros, sabes donde está el color verde.

Cada enero, los tulipanes vuelven a brillar.


"Siempre me quedará la voz suave del mar... volver a respirar la lluvia que caerá sobre este cuerpo y mojará, la flor que crece en mí, y volveré a reir.... y cada día un instante volveré a pensar en tí...."

Manu

PD: Ese trabajo es tuyo. Recuérdalo.

miércoles, mayo 10, 2006

Noche de mayo


Comunicado de la agencia EFE:

EL SEVILLA, CAMPEÓN

¿el macrotimo de la estampita?


Leído en www.cadenaser.com


El cobrar cada mes el rendimiento no significa que tu dinero esté ahí.
Supongamos que yo soy la empresa que monta la pirámide y consigo mi primer cliente (A) y le digo que le voy a dar el 6% anual (no confundir con ING que es un 6% anual durante un mes, es decir un 0,5% el primer mes, los restantes 11 meses se quedan en un 4% que viene a ser un 0,3 al mes aprox)
Bueno pues mi primer cliente me deposita 100 euros, con lo que el primer año le tengo que dar 6 euros. Bueno pues tengo 16 años y medio aproximadamente antes de quedarme con el culo al aire (100/6)
Como este cliente es un cliente satisfecho (ve que le voy ingresando religiosamente) sus intereses, me recomienda pasado un año a 3 amigos suyos (B,C y D) que a su vez me depositan 100 cada uno.
Comienzo del segundo año tengo 94 euros de A, 100 de B, 100 de C, y 100 de D. En total tengo 394 euros.
Comienza el tercero tengo 88 de A, 94 de B, 94 de C y 94 de D. En total tengo 370 euros y 4 clientes satisfechos que a su vez me recomendaran a mas gente y asi progresivamente.
Si todo esto lo multiplicamos por 25 años a un ritmo exponencial, pues se monta una bola increible.
El tinglado está muy bien montado ya que al pagar religiosamente y muy por encima de los depositos que ofrece cualquier banco cada vez tendré mas clientes y aunque alguno solicite su dinero tengo de sobra para dárselo.
Todo esto se sostiene solo, siempre y cuando mi imagen sea la de alguien que paga los intereses religiosamente.
Como alguien ha dicho en otro post, si los sellos dieran realmente un 6% los comprarían todos los bancos.

Laín Coubert

domingo, mayo 07, 2006

Viviendas accesibles


El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, ha subrayado hoy, 6 de mayo, el compromiso del Gobierno “por una vivienda accesible”, para los jóvenes y la familias trabajadoras, y la apuesta del Ejecutivo por un “empleo de calidad”, en un país que crece económicamente y con un fuerte “compromiso social”.
En una visita a una promoción de 3.000 viviendas de protección oficial en la localidad madrileña de Fuenlabrada, el dirigente socialista ha recalcado que el Gobierno es capaz de apoyar, por un lado, el urbanismo “ejemplar y equilibrado” de Fuenlabrada y, a la vez, por otro, disolver el Ayuntamiento de Marbella “como ejemplo de especulación y pillaje”.
Acompañado por la ministra de Vivienda. María Antonia Trujillo, por el secretario general de los socialistas madrileños, Rafael Simancas, y el alcalde el alcalde de Fuenlabrada, Manuel Robles, Zapatero ha afirmado que el objetivo del empleo estable comienza su “cuenta atrás” con la firma, el próximo martes en La Moncloa, del acuerdo entre Gobierno, sindicatos y empresarios para la reforma del mercado laboral.
“Esa es la apuesta que tenemos por delante, un desarrollo urbanístico donde la vivienda sea accesible a los jóvenes y a las familias trabajadores, y un empleo que sea como la sociedad necesita y los jóvenes merecen por su formación: de calidad”, ha agregado.
El jefe del Ejecutivo ha reiterado que, con la reforma laboral, miles de trabajadores, entre ellos los jóvenes madrileños, van a tener la oportunidad de ver cómo a partir del 1 de julio sus contratos temporales se van convertir en “indefinidos y estables”.


PSOE Federal www.psoe.es

miércoles, mayo 03, 2006

Acostumbrarse a desacostumbrarse


Leí ayer en un libro que la vida es acostumbrarse a desacostumbrarse. La verdad es que nunca he leído una frase que encierre más acierto.
La vida son pequeños momentos, pequeños sabores, que cuando te gustan, han desaparecido. Instantes cuyos bordes se rompen de tanto ser revisados y releídos. Te das cuenta de que estás enamorado de alguien cuando ese alguien ha desaparecido de tu vida. Pero la vida es acostumbrarse a desacostumbrarse. Y yo quiero vivir.
Este año he aprendido mucho de lo que es la vida. Y lo he aprendido mirando a los ojos de la muerte. Esos ojos de unas personas que han perdido lo más importante que tenían: sus recuerdos y sus esperanzas. Elementos perdidos cuando ciertas placas y ovillos se adueñan de tu cabeza. Los ojos ganan brillo y pierden vida, las sonrisas ganan inocencia y pierden alegría. Y sin embargo, el tacto de sus manos trasmite algo de color verde azulado.
Acostumbrarse a desacostumbrarse. ¿Cuándo se acostumbra uno a los recuerdos? ¿Cuándo se desacostumbra uno a los recuerdos?
Los altavoces empiezan a lanzar una canción. Basketcase. Y los recuerdos empiezan a invadir mi habitación. Recuerdo una frase dicha entre batidos de fresa: “Si fueras una empresa, no dudaría en gastar mis ahorros en tus acciones”. Basketcase.

Ya es la Cruz de Mayo. Para vivir hay que mirar al pasado para aprender. Llueve, pero ya es la Cruz de Mayo. Para vivir hay que mirar al presente para saber el lugar que ocupas. Llueve, pero ya es la Cruz de Mayo en mi pueblo. Para vivir hay que mirar al futuro para saber hacia donde avanzar.

Acostumbrarse a desacostumbrarse. Game over. Tiembla mundo. Es el momento de jugar a la vida en serio. Y, tú sabes, que nadie nos va a ganar. Lo sabes. Lo sabemos.

Laín Coubert