lunes, noviembre 29, 2010

Caminitos

Entre carreras, ansiedad y estrés ¿nos hemos dejado olvidada la felicidad? Si es así, quizás, cuando queramos girar para volver a recoger la mochila donde ella está metida nos demos cuenta, con pesar pero sin arreglo, que no llegaremos antes del anochecer.
¿Y luego qué?

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Laín Coubert

viernes, noviembre 26, 2010

Esas cosas raras llamadas libros (y CIV)

La Falange tiene una historia digna de conocer. Y es que el fascismo, representado en España por ella, antes de deshonrarse por sus crímenes, escribía François Furet, constituyó una esperanza. Sólo así pueden entenderse las miles de adhesiones que tuvo esta formación alrededor de la Guerra Civil. Y sólo así puede entenderse que amplias capas de la sociedad, desde burgueses a estudiantes, desde profesores a jornaleros, se sintieran atraídos hacia ese grupo que usaba la violencia para lograr sus objetivos.
El libro del profesor José Antonio Parejo Fernández nos muestra la historia, alejándose de odios y simpatías hacia el pasado, de ese grupo que inició José Antonio Primo de Rivera, prestando especial atención al grupo sevillano liderado por Sancho Dávila. Señoritos, jornaleros y falangistas nos ilustra ese fascismo que ilusionaba a Foxá en su Madrid, de corte a checa, pero también aquel que no cumplió con lo prometido, que fue fagocitado por los hermanos Franco y que terminó como títere en una historia de violencia.
Lejos de miedos sin sentido de esos que a veces un falso progresismo nos hace abrazar, la historia de FE es la de un intento por cambiar la realidad en un momento histórico cuyas características son dificilmente hoy imaginables; un intento que llevó a millones de europeos hacia los partidos fascistas, rodeados de pasiones nacionales que envolvieron a multitud de intelectuales incluso.
Este libro nos acerca a una realidad que debemos conocer: la de aquellos que eran llamados por los carlistas los"comunistas de camisas azules".
El libro está presente en la biblioteca municipal de El Viso y está publicado por la editorial sevillana bosque de palabras.

Laín Coubert

martes, noviembre 16, 2010

Esas cosas raras llamadas libros (y CIII)

Lincol Child, del que ya hay algún libro comentado en este blog, es uno de esos maestros en lo de escribir libros que rompan cifras de ventas. Personalmente lo conocí escribiendo junto a Douglas Preston, otro maestro en la misma tarea de conseguir cifras astronómicas. El primer libro que leí de ellos fue El ídolo perdido, aunque luego han caído algunos más, incluidos los protagonizados por Aloysius Pendergast, uno de los personajes que más me han gustado en los últimos años.

Child nos cuenta en Utopía una historia llena de acción e intriga. Cerca de Las Vegas levantan un parque de atracciones pionero en su tipo. Se basa fundamentalmente en dos avances tecnológicos: hologramas de última generación y robots cuyo aprendizaje reside en un metasistema avanzado, esto es, tienen capacidad de aprendizaje al autoreconocer sus propios errores. El parque consigue, en tiempo record, destrozar cualquier cifra anterior de visitas, rondando las 70.000 diarias. Todo el parque rebosa alegría y risas hasta que, de pronto, una serie de extraños accidentes y errores rompe la calma del parque. Ello coincidirá con la visita del especialista, proveniente de Carnegie Mellon, Andrew Warne, creador del sistema de aprendizaje robótico. Sus investigaciones descubren un oscuro origen de los incidentes: un ataque informático proveniente de un inteligente pirata informático que ha conseguido saltarse todas las defensas. Pero pronto se ve que eso es sólo la punta del iceberg.

El libro está escrito de una forma muy sencilla y se lee realmente rápido, a pesar de su tamaño. Es un claro ejemplo de lo que podríamos llamar el estilo Child-Preston, libros con mucha acción, intriga y giros inesperados.

La edición española está publicada por Debolsillo.

Laín Coubert

jueves, noviembre 11, 2010

Ops (2)

En estos días, tras la puesta a la venta del juego más esperado del 2010, han sido muchas las opiniones que valoran esta producción. Entre ellas me ha llamado la atención la de los medios estatales cubanos que, como era previsible, no han encajado muy bien que la primera misión transcurra dentro de un intento de asesinar a un joven Fidel Castro.
En mi opinión era algo previsible que ya pasó con el gobierno británico con el MoH cuando podías elegirte talibanes en el juego online. En todo caso a los medios, de un sitio y otro, no les vendría mal recordar que este juego es simplemente eso, un juego. Además recomendado para mayores de 18. Y ¿qué decir? Lo cierto es que dicha misión encaja bastante bien en la trama e historia que se nos plantea.
Creo que son más criticables otras partes del juego antes que esa parte. En esas otras partes la violencia extrema es más criticable por su gratuidad.
Las palabras de los medios cubanos señalando que estos juegos producen tendencias psicópatas es, lo diré así, de risa y de pena. Sólo muestran una forma extraña de entender este tipo de juegos. He encontrado peores cosas en el cine o en algunos libros de reconocidos autores e incluso en los propios informativos.
Es una visión simplificada de la realidad. Conozco a muchas personas que juegan a esta saga que se dedican unas horas a la semana a jugar online y no por eso van luego pegándose por las calles. Es algo que, creo, ha recogido perfectamente el anuncio de lanzamiento del juego.




Laín Coubert

lunes, noviembre 01, 2010

Despertar de octubre

El sabor del Brugal, pasadas diez horas, se agarra a la lengua. La abraza. Y la besa. Al mismo tiempo acaricia mi cabeza. Lenta, muy lentamente.
Mis ojos se niegan a abrirse de una vez. Poco a poco. Como si eso evitara la dilatación de las pupilas. Como si eso evitara el salir de esos sueños que no recuerdo porque se quedaron olvidados en las horas de la noche.
Lo primero que veo es el suelo. Mármol blanco. Tus pumas amarillas sobre mis adidas blancas. Y un calcetín rosa que no me explico como ha llegado allí.
Mis pupilas siguen adaptándose a la luz. Y el Brugal pasa su lengua por el interior de mi frente.
Puto nórdico relleno de plumón. Mi cuerpo arde bajo él.
Me giro cerrando los ojos y el beso del brugal se hace más intenso. Un sabor extraño sube de mi estómago a la boca. No es el del brugal. Es otra cosa.
Una pierna se escapa del nórdico. Mis ojos se abren. Se ve la ventana. El cielo azul. Dejó de llover. Menos mal.
Un suspiro.
Y un giro.
El pelo te cubre un poco la cara, levemente hundida sobre la almohada. Tu piel tiene el color de los anhelos. El brillante color del futuro. De las ganas de vivir.
Tu boca, semicerrada, es como una sonrisa eterna. Como el sabor del chocolate cuando se deshace e inunda no la boca, sino el presente.
De pronto me doy cuenta. El beso del brugal se ha detenido. Y lo entiendo sobre la marcha.
El muy cabrón también está boquiabierto mirándote.

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Laín Coubert

Esas cosas raras llamadas libros (y CII)

El caballero indeterminado es el nombre de una novela histórica que escribió el profesor Arsenio Moreno en el 2009. Arsenio Moreno, profesor de historia del arte en la UPO, nos describe la vida de monja Magdalena Muñoz. Esta monja, en el año 1617, se convirtió de improviso en hombre tras un accidente. Este hecho lo dejó recogido en su biografía, dándose así el caso de un hermafrodita que se convirtió, tras ser monja, en soldado, y que además dejó sus andanzas escritas.

Gaspar, que será el nombre que adoptará tras el cambio, se verá obligado a enrolarse en el ejército y de esta manerá recorreremos gran parte de la Italia que luchaba contra los turcos, y, los Países Bajos donde la lucha religiosa afloraba en esos años. Tras ello, y en su vuelta a Nápoles, esperando la vuelta a su Andalucía natal, la ciudad italiana será sacudida por un terrible terremoto.

Gaspar, gracias a su pasado religioso como monja, está dotado de una gran sensibilidad que hará que su punto de vista sobre la guerra, el amor, el odio o la muerte sea inicio de importantes reflexiones, haciendo que el lector se plantée cuestiones que siempre han protagonizado la filosofía.

El libro está publicado por Algaida, y se puede encontrar en la biblioteca de El Viso.

Laín Coubert