En caso de accidente

Debo reconocer que, hasta hace poco, conducir no era una de mis aficiones más preferidas. En los últimos tiempos eso ha cambiado algo, y, disfruto conduciendo. Eso hace, unido a otros factores personales, que, pese a no tener vehículo propio y tener que pedírselo a algún familiar, me lleve algunas horas a la semana con el coche. En uno de esos viajes, ayer, frente al aeropuerto de Sevilla me encontré con una escena que llamó poderósamente mi atención por su peligrosidad.
Aprovecho por ello, con el permiso de los amigos de motorpasión, una de las mejores webs españolas sobre el mundo del coche, para copiar aquí una de sus últimas entradas y que, ayer, hubiera sido de mucha utilidad, por muy lógico que pueda llegar a parecer todo.

Acciones en caso de accidente

Lo primero debemos intentar que el vehículo siniestrado no esté en medio de la calzada, si no es posible moverlo, señalizar. Para esto deberemos hacernos con los obligatorios triángulos y conectar las luces de emergencia de todos los vehículos que estén implicados. Señalizar antes de atender a los heridos es fundamental.

Si hay heridos, nunca deberemos moverlos, (excepto en caso de posible fuego o explosión) siempre arroparlos para que no pierdan calor y llamar inmediatamente al 062 (Guardia Civil) o al 112 (Centro de Emergencias). Si hemos sido testigos del accidente deberemos esperar a los servicios policiales, una declaración siempre es valiosa. Si no los hay, llamar a una grúa.

Según la Dirección General de Tráfico, en caso de accidente o avería deberemos seguir los siguientes pasos:

* Proteger: Situar el vehículo en un lugar seguro con las luces de emergencia. Los triángulos se deben colocar a 50 metros en ambos sentidos si es una carretera o en un solo sentido si es la autopista. Apagar el contacto del coche, inmovilizándolo. Señalizar si hubiera las manchas de gasolina, líquidos o aceite.

* Avisar: Solicitar ayuda, como escribí en el párrafo anterior al 112, Guardia Civil, Cruz Roja o cualquier centro médico cercano. Al hacerlo estamos obligados a dar nuestro número de teléfono, tipo de accidente, si hay heridos y su estado así como los riesgos para la circulación y los peligros que podamos encontrar en el lugar.

* Socorrer: De nuevo repito, no mover a los accidentados. Informar de la asistencia prestada en cuanto lleguen los servicios médicos. En caso de personas atrapadas, intentar acceder a ellas y hablar para tranquilizarlas. Nunca dar de comer ni de beber a un herido.

* Limpiar: Una vez señalizado el accidente mediante los triángulos, podemos recoger la carga del vehículo que haya podido desprenderse, así como los restos de chapa o accesorios como retrovisores, cubiertas..etc. Nunca deberemos fumar cerca de un accidente.

* Chalecos reflectantes: deberemos utilizarlos siempre que salgamos del vehículo, sea para lo que sea, además de ser obligatorio proporciona al resto de conductores una mayor visibilidad sobre nuestras personas. Debe ser amarillo o naranja y con el marcado CE y deben ser transportados siempre en el habitáculo, nunca en el maletero.

Laín Coubert

El partido "mejor"

Reflexión.

Laín Coubert

El precio de un BMW

BMW, la marca de Munich, creadora de algunos de los coches más bellos de la historia (impresionante el 507 de la foto) ha sido la protagonista de uno de los comentarios que más ha dado de hablar en los últimos tiempos. La marca bávara, que también ha recogido múltiples premios por sus anuncios, consigue así una magnífica campaña de publicidad.
La senadora socialista Adoración Quesada destapó la caja de los truenos al decir que había parados que tenían un bmw y que no tenían hipoteca. Todos los partidos políticos, incluido el propio PSOE, se lanzaron contra dichas palabras por entender que se "mofaban" de los parados. Yo la mofa no la veo por ningún lado. Más bien al contrario. Esa otra actitud de los partidos de "defender" a ultranza a las personas paradas, dibujándolos como unos pobrecitos que no pueden ni han podido conducir esos coches ni tomar una cerveza, no guarda más que un extraño sentido de entender al ciudadano y de intentar camuflar una reflexión que todos llevamos haciendo bastante tiempo.
La propia Angela Merkel ha comentado en diferentes ocasiones que la sociedad europea ha estado viviendo por encima de sus posibilidades reales durante cierto tiempo. ¿Por qué ha ocurrido esto? La respuesta la sabemos todos. En épocas de vacas gordas todos hemos mirado, con la honrosa excepción de algún grupo ecologista que ha abogado por un consumo moderado, por encima del hombro a nuestras posibilidades reales y hemos atendido más a las expectativas futuras que a las presentes. Unas expectativas que, los poderes políticos y económicos, han engordado aún más porque en las teorías económicas que dominan el mundo no se concebía la marcha atrás y por lo tanto era necesario acelerar el crecimiento y para ello era necesario el gasto. Todavía recordamos los préstamos preconcedidos y todos los productos bancarios que engordaron el problema.
Esta reflexión se la he escuchado a personas de toda tendencia política. Es más, en algún post perdido dentro de este blog, ya comentaba que era necesario el erradicar de la sociedad el consumo desmedido. Un consumo que ha llevado a ver chavales de 18 años, con el carnet recien sacado y la L detrás conduciendo un vehículo de unos cuantos de kilos. Eso es totalmente cierto. Y lo que tenemos que hacer es abrir los ojos, si queremos cambiar en algo las cosas, admitir que eso ha pasado y buscar, no la culpa del chaval o de su familia, sino el problema social que hemos creado al producir esas expectativas de ingresos que soportarían esos gastos y actuar en relación a ello. Pero eso se puede extrapolar a muchos otros aspectos. ¿O no conocemos todos a gente parada y con pocos ingresos que se lió la semana pasada la manta a la cabeza y se marchó a BCN a ver la final de la Copa? ¿O no conocemos a parejas que se han metido en hipotecas enormes que les suponen un tanto por ciento de los ingresos que da miedo? Tal como ocurre en la Bolsa, las expectativas futuras han eclipsado y desplazado el potencial presente, dándose la paradoja que las posibilidades han sido adelantades por las expectativas y por una espiral de tener más y más.
Creo que todos, tanto a nivel particular como social debemos reflexionar sobre nuestros márgenes de gastos, sobre lo necesario y lo accesorio, y sobre el mundo que hemos construido que se ha encargado de cegarnos con cantos de sirenas.
En todo caso, para terminar y por desmitificar el tema de los bmw, comentar que en la propia página de la marca se pueden encontrar vehículos, en concreto el modelo 116i de cinco puertas de 122 cv, por 19000 euros, unos 340 euros en 72 cuotas. Un pasada.
¿O no tanto?

Laín Coubert

Esas cosas raras llamadas libros (y LXXXIV)

El libro de este mes dentro del club de lectura Calíope ha sido El guardián entre el centeno de J.D. Salinger. Un libro extraño que ha conseguido ser uno de los más vendidos en la historia. A pesar de ser muy criticado por el lenguaje que usa, desde el año de su publicación, 1951, el libro se ha mantenido como uno de los más leídos en EEUU, siendo recomendado en multiples colegios e institutos.
El libro recoge los dos días posteriores de la vida de Holden Caulfield tras ser expulsado de su colegio, Pencey, tras no haber aprobado las materias necesarias. Decide vivir esos dos días, que van desde un domingo a un martes, a su manera, gracias a los ahorros que tenía acumulados, demorando de esta forma su vuelta a casa. En esos días tendrá contactos con prostitutas, se emborrachará y hará muchas cosas que en la época en que está escrito el libro llamaron rápidamente la atención de los jóvenes, a pesar de que el libro se dirigía a un público adulto.
El protagonista demuestra un odio visceral a casi todos los elementos sociales que le rodean, encontrándole a todo algún problema y no sintiendo auténtico cariño casi por nada, a excepción quizás de su hermana. Esta actitud roza el delirio, algo que puede verse reafirmado si se tiene en cuenta que la historia parece que está contada en pasado desde un psiquiátrico.
Este libro tiene la curiosidad llamativa de que ha sido compañero de algunos de los asesinos más famosos como Mark David Chapman o de John Hinckley Jr.

El libro está publicado por Alianza Editorial.

Laín Coubert

Red Dead Redemption

Caja!!!

Podría escribir sobre la victoria de ayer del Sevilla, pero como me ha quemado mucho el bochornoso espectáculo del palco, y, además, la toma del centro de la ciudad hoy me ha jodido también, pues escribiré sobre otro club a pesar de la alegría del título conseguido. (Aunque visto el potencial de ambos clubs estaba clara la victoria sevillista)
Nada hacía presagiar en nuestro primer partido, en el exilio de Dos Hermanas, que íbamos a llegar hasta aquí. Y que encima les íbamos a ganar a aquel primer visitante en su propia casa.
¿El sábado la segunda? Nos vemos en San Pablo.
¡Caja!

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Laín Coubert

Esas cosas raras llamadas libros (y LXXXIII)

Tras la tregua, conseguida a base de pastillas, que estos días me ha regalado la alergia he podido leer El mercenario de Granada, una pequeña novela de Juan Eslava Galán. De este autor había leído antes otro libro gracias al club de lectura que se basaba en la Guerra Civil española. Aunque épocas muy lejanas, la de los convulsos 36-39 y la de la Reconquista de Granada, en ambos libros se pueden encontrar paralelismos sobre la forma de ver los conflictos belicos.
En esta novela, Orbán, herrero búlgaro bajo las órdenes del sultán turco Bayaceto II, es mandado a España para que prepare las defensas de la Málaga sitiada. Cuando llega a España se encontrará un poder musulmán destrozado por las luchas entre Boabdil y Muley Hacén, hijo y padre. Además de eso comprobará como el "poder del trueno", esa nueva tecnología bélica basada en espingardas y bombardas, está todavía en pañales en la península. Él, nieto de los hererros que crearon la artillería que vencieron a las murallas de Constantinopla, será el encargado de cambiar la situación. Por si fuera poco el trabajo necesario para salvaguardar Málaga y Granada, en la vida de Orbán, se cruzará Isabel, una esclava cristiana que pronto hará que el búlgaro sueñe con su mirada.

Es una novela compuesta por capítulos muy pequeños y escritos con unas formas muy sencillas por lo que su lectura es muy rápida. La historia está llena de pequeños guiños a las leyendas e historias surgidas en esos años de reconquista, por lo que se entrecruzan con la historia principal creando una interesante mezcla.

El libro está publicado por Planeta, aunque la edición que está en la biblioteca visueña es la de Círculo.

Laín Coubert

Sin intermediarios

Le he dado muchas vueltas pero sigo sin entenderlo. Una vez y otra. Pero ni por esas. No lo entiendo.
La propuesta votada por todos los grupos del Senado, a excepción del PP, me parece una auténtica gilipollez. Y no por el uso de las diferentes lenguas, que cada lengua es un tesoro que se debe cuidar, sino por los argumentos esgrimidos para que podamos ver el esperpento que puede significar que un senador, o senadora española, tenga que usar un traductor y un pinganillo para entender y ser entendido en el Senado español.
La lengua es una herramienta para unirnos y no para separarnos. Y el uso de lenguas que son entendidas sólo por una parte de los receptores es una aberración, habiendo otras que si cumplirían mejor esa función.
Me parece genial que se enseñe el catalán, el gallego o el euskera. Pero me parece una falta de respeto que me lo hablen a mi que no lo entiendo. O una falta de respeto o bien, que no quieren que me entere de nada.
Que en un lugar donde las palabras, la discusión y la confrontación de ideas debería ser el protagonista, el que éstas deban tener un traductor me parece de risa, además de ser una medida totalmente insolidaria, ineficaz e inefectiva.
Y ya el hecho de que me digan algunos nacionalistas que el castellano es que es impuesto me da la risa. Porque con esas palabras demuestran que, o no se enteran de nada, o es que no quieren ser entendidos. Sería mucho mejor que se valorará el hecho de que en la conversación se usaran unos registros que se adaptarán a las dos partes ¿no? Emisor y receptor que dicen las teorías más clásicas de la comunicación.
Yo sigo queriendo ser de los que buscamos lo común, no la diferencia. Y esta medida es contraria a ese camino. ¿Por qué buscar la diferencia cuando podemos entendernos sin más?

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Laín Coubert

Esas cosas raras llamadas libros (y LXXXII)

Por fín, tras invertir la última hora de muchos días en su lectura, he concluído el libro de Jan Valtin. Un libro que me regaló Marta por mi cumpleaños y del que nunca había escuchado nada pero que ha supuesto todo un descubrimiento. Ya al principio, la publicidad que venía con el libro y que resaltaba, más o menos, que era "la mejor descripción del fundamentalismo de las ideas" hacía que aumentaran, pese a ser un considerable tocho, las ganas de leerlo. Algo que se veía apoyada por las magníficas críticas que el libro tiene de manos de gente como Roosevelt, H. G. Wells, Vargas Llosa o Hannah Arendt.
Y el libro no decepciona, porque la vida que recoge, la del espía alemán Richard Krebs no podría nunca pasar como otra cualquiera. En muy pocos años vivió tantas experiencias que parece increible como en su vida se condensó tanta historia del siglo XX.
Involucrado desde muy joven en los movimientos comunistas alemanes, llegó a ser un miembro destacado del aparato internacional del PC, marchando a multitud de países de todo el mundo. a preparar huelgas y sabotajes que prepararan la llegada de la dictadurad el proletariado. Fue detenido y torturado por la Gestapo, y luego pudo escapar creando un plan con la GPU comunista, de la que también tuvo que huir finalmente, cuando el movimiento comunista derivó en una inercia de purgas y muertes.
El libro contiene pasajes increibles como los que están referidos a su mujer, que murió a manos de la Gestapo, o en los que muestra los acuerdos entre nazis y comunistas para derribar a los socialistas, o en los que denuncia la cara oculta de la URSS.
Sin embargo lo más llamativo del libro es la descripción que hace del proceso que lleva al autor y protagonista a desilusionarse ante la deriva del movimiento por el que tanto luchó y sufrió, espejo de la historia de la URSS de Stalin, un entramado creado en base a asesinar a todo el que discrepaba.
La noche quedó atrás es un libro excepcional, lleno de enseñanzas que deberíamos aplicar hoy en día que también caemos, afortunadamente a otros niveles, en la persecución del que piensa diferente en demasiadas ocasiones.

Está publicada por Seix Barral.

Laín Coubert

El hombre que vivió diez vidas en una

Llevo unas semanas enfrascado en la lectura de las memorias de Richard Krebs, escritas bajo el seudónimo de Jan Valtin. Y lo cierto es que cada página que avanzo es un descubrimiento, pese a la terrible traducción.
Roosevelt dijo que éste, La noche quedó atrás, era "el mejor libro que he leído sobre el siglo XX". Y no le faltaba acierto. Richard Krebs fue un agente del Partido Comunista alemán durante las decadas de los 20 y los 30. Luchó tenazmente, y en todos los puntos del planeta, contra la burguesía, los sindicatos socialistas y el nazismo. Participó en acontecimientos que por sí solos merecen un libro y fue temido tanto por Stalin como por Hitler, ya que el conocimiento que había adquirido de la GPU y de la Gestapo lo convertía en un elemento muy peligroso.

Sin embargo, lo que más me ha impactado es la denuncia que hace poco a poco del propio funcionamiento del Partido Comunista y de la URSS. Un entramado que devoraba a miles de personas, dejándolas en la cuneta, y que bajo aspiraciones en las que no creían los que estaban arriba, mantenía maniatados todos los sueños de luchadores que dejaron sus vidas en una lucha perdida de antemano.
Una recomendación que no puede faltar como lectura para todos y todas.

Laín Coubert

Ostias!!! Y yo con estos pelos!!

Ayer por un rumor el Ibex se desploma. Y hoy, no sé si por efecto del rebujito de la Cruz de El Viso, un agente de bolsa se equivoca, pone una b en vez de una m, y Wall Street cae un 9%. Ahí es nada. Nunca un fallo ortográfico volatilizó tantos millones.

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Lain Coubert

Zero

2 + 2

En estos días muchas son las reacciones ante las terribles medidas que Grecia, como país, deberá tomar para evitar la bancarrota total. En dichas medidas el mayor peso, como siempre, caerá sobre las clases populares. Algo injusto pero previsible ya que siempre ha pasado de una forma u otra. La historia está llena de estos sacrificios de las clases populares. Ya sea en forma de impuestos o de, incluso, soldados para el frente.
Ante esta noticia veo como se elevan muchos comentarios solicitando al pueblo griego que salga a la calle. Pero pintan esa salida como fin y no como medio porque las alternativas simplemente son bosquejos de intenciones. Algo que me hace temblar ahora que leo el libro de Jan Valtin. ¿Qué hay detrás de esas solicitudes de salir a la calle?
Se supone que en el fondo existe una denuncia sobre que el problema es el sistema, algo, obviamente, con bastante verdad, pero no toda. Y es que la alternativa al sistema no es tan fácil de pintar ni estructurar. La única que ha existido era la gris URSS, una sociedad también terriblemente injusta. Y al final...¿estaba dicha sociedad libre de los males de la nuestra? Que se lo digan a los cubanos, cuyo gobierno añade a su lista de desmanes la necesidad de despedir ahora a un millón de trabajadores.

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Laín Coubert