lunes, agosto 28, 2006

Juntos


Veo unos carteles donde aparece la palabra “juntos”. ¿Qué cosas se pueden hacer juntos? Juntos se puede conseguir todo. Juntos podemos cambiar muchas cosas y seguir mejorando otras muchas. Podemos luchar codo con codo por hacer que nuestros sueños se materialicen. Podemos ver cada amanecer de forma diferente. Juntos. Podemos compartir nuestras alegrías, nuestras tristezas, nuestros sollozos y nuestros suspiros. Juntos podemos avanzar por la vida. Juntos podemos ayudar a nuestro pueblo, a nuestra gente. Juntos podemos defender nuestras ideas. Juntos podemos hacer ondear una bandera de esperanza que brille al sol. Siempre será mejor unas manos juntas que unas manos separadas. Juntos podemos trazar líneas en nuestros diarios. O mejor, no en nuestros, sino en nuestro. Singular. Porque el plural de juntos nos lleva a pensar en un singular: FUTURO.

Laín Coubert

martes, agosto 22, 2006

Entre dos "bandos"


Veo con tristeza las imágenes de un lugar donde había una placa en memoria de ciertas personas y ha sido rociado con alquitrán. La placa contenía los nombres de fallecidos en el llamado bando nacional en la Guerra Civil, y que vivían en ese pueblo.
En la actualidad está tomando fuerza, afortunadamente, un movimiento que intenta arrojar luz sobre los acontecimientos ocurridos en ese conflicto y que han sido silenciados durante mucho tiempo. Se intenta, y se ha de recuperar la historia de mucha gente que se ha visto perdida y que es necesario conocer. Hay nietos, hijos, hermanos…
que quieren saber de alguien y es necesario que algo se haga al respecto.
Dicho todo esto, es necesario recalcar que este reconocimiento no se puede hacer de forma paralela a lo que algunos pretenden que sea un juicio. No se pueden enjuiciar a unos y a otros, pasado el tiempo que ha pasado. El trazar ahora, tanto tiempo después, una línea que separe a los buenos y a los malos es imposible. Y seguramente en una Guerra Civil, los buenos y los malos se terminan difuminando entre el odio y la aberración humana. En una Guerra Civil la gran mayoría son víctimas, y los soldados luchan, matan y mueren sin saber muy bien el porqué. La Historia no es tan fácil como nos la quisieron hacer mediante la historia franquista, ni tan fácil tampoco como la quieren dibujar ahora exaltados de “ambos” bandos.
En mi modesta opinión los símbolos franquistas que hay en nuestras calles y plazas deberían mantenerse como recuerdo de nuestra historia. No debemos olvidar lo que pasó y esa es la forma. No debemos intentar reescribir la historia desde nuestro siglo. El levantamiento contra el Estado democráticamente elegido que era la República constituye parte de nuestra historia (gloriosa para unos y asquerosa para otros) y no podemos caer en la trampa de ser los que digan lo que está bien y lo que está mal.
Espero que mucha gente se de cuenta de esto que dice gente tan importante como Ian Gibson.
El de la foto es el mejor general que hubo en el conflicto español, Vicente Rojo. Leal a la República se ganó la admiración, más que justificada desde sus años de instructor, en la defensa de una Madrid sitiada. Sus adversarios franquistas lo reconocieron como lo que era: el mejor estratega español.

Laín Coubert

miércoles, agosto 16, 2006

Los nenes de la nena


Los tres nenes duermen contentos siempre. Y es que siempre sueñan con la misma niña de ojos oscuros con la que llevan compartiendo sus vidas hace mucho tiempo. Sueñan con sus besos, abrazos, caricias y palabras. Sueñan con sus mimos y con el aroma de su pelo. Sueñan con el roce de sus pestañas y el amor de sus miradas. Tres nenes que sueñan cada noche con una gaditana de sangre asturiana que pasea por La Caleta en busca de palabras perdidas.
A los nenes les gustan los cuentos. Los tres los escuchan boquiabiertos alrededor de donde Marta se sienta.
Quizás no es el momento de contar un cuento, pero les pondré la letra de una canción que les gusta y que es de hace unos añitos.

Cuenta un sabio de hoy / que una estrella fugaz / en el cielo azul / tapaba al astro lunar. // Era tal el candor / que despedía al volar / que la luna no / dejaba de llorar…//
De envidia la luna lloraba al mirar / como a la estrella le querían más. / Eran sus ojos capaces de amar / por eso la luna le quería apagar. // Un hechizo lunar / provocó una ola en el mar, / con una cruel intención: / borrar la huella estelar. // Pero el mar dejó / que la ola chocara con / el viento y así / no dañar su corazón.// De envidia la luna lloraba al mirar / como a la estrella le querían más. / Eran sus ojos capaces de amar / por eso la luna le quería apagar.//

Pablo Benegas (La Oreja de Van Gogh)

¡Eah! Ya están contentos los nenes. Menos mal. Y los tres nenes…¿tres? Quizás sean cuatro creo (Uno de El Viso). Bueno da igual. Los nenes seguirán siempre soñando con sus cabezas en la almohada junto a la niña de los pinypons.

¡¡¡¡¡¡Yo también quiero!!!!!!

PD: los posibles leímos no son míos ¿eh?...estos donostiarras…..

Laín Coubert.

domingo, agosto 13, 2006

Galicia


Cuando un bosque arde, no es sólo el bosque lo que arde. El incendio arrasa mucho más. Arrasa formas de vida, tradiciones, historias, recuerdos, sueños…Eso si sólo nos cerramos a los aspectos “humanos”, porque indudablemente arrasa un sistema ecológico.
En Galicia, desgraciadamente, saben mucho de esto.
Desde la Ley de Montes se prohíbe el cambio de catalogación del suelo que arde. Con esto se consigue eliminar el negocio que suponía que el bosque ardiera para conseguir recalificaciones. Por otro lado, cada vez más, parece controlarse la venta de la madera quemada en estos incendios. Otro negocio menos.
Con los pirómanos nos encontramos con un cajón de sastre. La piromanía no es un problema tan extendido como nos hacen ver los medios de comunicación. La gente que se podría catalogar de pirómano es mínima.
Entonces, ¿qué hay detrás de los incendios?
Además de rencillas y odios vecinales, que supongo que tampoco supondrán tanto, ¿qué es lo que hay?
Creo muy acertadas las palabras de la ministra Narbona. Yo creo que las investigaciones deben ir hacia ese sitio. Parece que el único negocio que puede sacar tajada de estas desgracias es el que se encarga de terminar con ellos. Parece existir una cantidad pequeña de personas dentro de ese mundo que tiene una forma un tanto peculiar de darse trabajo. Y hacía ellos, verdaderos terroristas ecológicos, van ciertas investigaciones policiales y de la Guardia Civil.
Lo de Rajoy, es que no tiene nombre. A ese hombre le meten en los puros sustancias prohibidas por lo que se ve. El de los hilillos apaga los incendios con gasolina, por lo que parece. Gasolina made in Prestige, seguramente.

Pero bueno, no es el momento de hacer política. Es el momento de luchar todos juntos y de forma solidaria. Y cuando se termine con los incendios de esta temporada, deberemos empezar de nuevo otra batalla: la de la reforestación de nuestros montes. Montes de toda España, pues en toda España existe un déficit de encinas, alcornoques, acebuches, pinos, etc.
Actividad ardua y dura, que me trae a la cabeza el precioso libro de Jean Giono, El hombre que plantaba árboles

Galicia, en el corazón y en la mente.

Laín Coubert

jueves, agosto 10, 2006

Esas cosas raras llamadas libros (y XI)


Mucha gente ( entre ellas, gente de Extremadura y gente de Cádiz....Dios la cría y ellas se juntan, jeje) me recomendó leer este libro. Al final, alguien importante para mí me lo dejó. Y, coaccionado y amenazado (jeje) por ella, lo leí. Antes había leído, del mismo autor, Verónica decide morir, libro que me gustó mucho.
El Alquimista recoge el viaje de Santiago en busca de sus sueños. Ese viaje no es, ni más ni menos, que un viaje hacia el autoconocimiento. Un largo viaje, lleno de pruebas, que lo conducirá a la felicidad. Un bonito libro, que recoge ciertos aprendizajes que no se nos deben olvidar.
Es un libro muy fácil de leer, que se puede leer en unos tres o cuatro días a un ritmo tranquilo.

Sintiéndolo mucho por las personas que me lo recomendaron lo puntúo con un 6,8 sobre 10. Insisto en que Veronica decide morir me parece mucho más completo.
En todo caso, las dos minihistorias del principio de "El Alquimista" son tremendamente preciosas.

http://www.juntadeandalucia.es/cultura/

Laín Coubert

viernes, agosto 04, 2006

Esas cosas raras llamadas libros (y X)


Cuando se lee a Saramago, se lee algo diferente. Y lo digo tanto por su forma de escribir como por sus historias. Este libro lo regalé, antes de regalármelo. Toda una peligrosa acción. Pero al final, puedo decir, a posteriori, que parece que fue un buen regalo.
El libro traza una historia dividida en dos momentos. Casi parecen, en realidad, dos historias con un débil nexo de unión. Un libro que hace pensar de forma intensa, muy intensa. Casi con la misma intensidad con la que te hace disfrutar.
La historia la resumiré utilizando las palabras que aparecen en la primera línea y en la última línea del libro:

"Al día siguiente no murió nadie".

Una frase que deja muchas interrogaciones, que se pueden despejar si, aprovechando este tiempo de verano, tomas la acertada decisión de leer esta novela.

La licencia pertenece a Santillana, y se puede encontrar editadas por Alfaguara y por Círculo de Lectores.

Nota: 7,4 sobre 10
http://www.juntadeandalucia.es/cultura/
http://www.circulo.es/

Laín Coubert