lunes, octubre 31, 2011

Esas cosas raras llamadas libros (y CXXVII)


En estos días, aprovechando que los cementerios se convierten en lugar de peregrinación de multitudes, alguna televisión ha sacado imágenes del antiguo cementerio judio de Praga, un lugar sobrecogedor sin dudas. En su laberinto desordenado de lápidas y tumbas ocurre, supuestamente, el hecho crucial que reside en el fondo de la trama del libro de Umberto Eco y que le da nombre.
Es en el París de finales del XIX donde nos encontramos con el capitán Simonini, piamontés dedicado a la creación de documentos falsos. Unos documentos que recogeran la información que quiera el pagador, pero siempre alrededor del miedo y el odio al judaismo, a los masones y a las ideas políticas que nacían en aquellos agitados años.
A través de las páginas que el propio Simonini escribe, El cementerio de Praga nos va presentando una parte importante de la historia europea al mismo tiempo que nos dibuja unos personas sin escrúpulos y sin miedo a fomentar intrigas o difamar a otras personas.
Por la forma que el libro está escrito se hace a veces pesado ya que la trama es bastante pausada y muy densa. Pero si te gusta la historia y el autor, no puedes dejar de leer este libro que tanta controversia ha creado en algunos círculos y estamentos.
Está publicado en Lumen, y se encuentra en la bilioteca de El Viso del Alcor.

Laín Coubert

sábado, octubre 29, 2011

Percepciones

En España hemos corrido tanto que, sin darnos cuenta, en algún momento del sprint hemos perdido el locus de control. Ahora tendremos que encontrarlo. Porque es una tontería engañarnos. El empleo no llega solo ya que no es causa, sino efecto. 

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Laín Coubert

viernes, octubre 14, 2011

Flashmob

Quizás sean las letras que entran a empujones por mis ojos en estos días las que proyectan un reflejo en la que se ven elementos dispersos que conforman un lienzo en el que se abrazan pasado, presente y futuro. Y es que cuando sonaba la canción de Phil Collins montábamos un flashmob sin saber que coño era eso y, lo que era más difícil, sin movernos. Podía ser en los soportales del Catalana Occidente, de camino al Prado o en la puerta del laboratorio. Y es que cuando se está sentado tantas horas en un suelo común, con las espaldas en una pared compartida y las adidas de colores balanceándose a un mismo imaginario ritmo los sueños se entrelazan. Porque mi revolución descansa en vuestras risas y sueña en vuestras pupilas.
Porque no llegaré a comprender el porqué de los apuntes cogidos en rosa ni de los papelitos perdidos en la última revista a traducir de la APA, no entenderé el porqué una Samuel Smith sabe diferente compartiéndola a pequeños sorbos, ni concebiré las carreras bajo un paraguas que no impedía la mojada ni el resfriado.¿O por qué los huevos siempre reventaban en la mano antes de ser lanzados? ¿Y cual erá la causa por la que aquella paloma negra a la que bautizamos como Charcot nos bailaba al mediodía al ritmo de una canción del verano olvidada? Porque mi revolución se disfraza con una toga de colores y se llena de regaliz los oscuros bolsillos.
Y sin embargo mi revolución ha comenzado. He dado el primer paso. Ya tengo una cama desde donde se ven las estrellas.


Laín Coubert


martes, octubre 11, 2011

Esas cosas raras llamadas libros (y CXXVI)

Julia Navarro pulsó la tecla adecuada con este libro. Por lo menos de cara a la aceptación entre los lectores y en relación a las ventas. La hermandad de la Sábana Santa se convirtió desde pronto en un éxito de ventas. Apoyada en una historia que mezcla la Historia con las leyendas pero haciendo a éstas últimas posibles, en una historia que plantea una investigación que se desgrana en unas cuantas que recorren nuestro pasado haciendo paradas en momentos que nos evocan el misterio: el imperio romano, Bizancio, los cruzados...
Todo comienza con un nuevo incidente en la Catedral de Turín. Un incendio que es sofocado pero que deja sobre el suelo del templo a un fallecido: una persona a la que se le ha cortado la lengua y se le han ocultado las huellas dactilares. A partir de ahí la policía inicia una investigación que les llevará a descubrir una verdad que sobrepasa lo que la gente está dispuesta a conocer.

Es un libro sencillo, que se lee rápidamente porque además engancha. El tema, eso sí, empieza a ser demasiado repetitivo en la literatura de este tipo. Aunque como dije al principio: mientras las ventas acompañen....


La edición existente en la biblioteca de El Viso es la de Debolsillo.


Laín Coubert

miércoles, octubre 05, 2011

Esas cosas raras llamadas libros (y CXXV)


A este lado del paraíso causó furor en EEUU en los años de su salida a la venta. Se convirtió en todo un éxito de ventas y en sus críticas los elogios se contaban por decenas. Su autor, F. Scott Fitzgerald, representa a lo que se conoció como la "generación perdida", los escritores que maduraron en el transcurso de la Primera Guerra Mundial. En este libro, Fitzgerald, retrata el desencanto que, en los años que rodearon a la Primera Guerra Mundial y previos a la crisis del 29, rodeaba a los jóvenes americanos. Para ello nos muestra la vida de Amory Blaine, estudiante de Princeton, que sufre toda una metamorfosis en su forma de pensar y ver el mundo. Con ello vemos la mirada romántica pero también desencantada de esa generación.
El libro es bastante interesante, aunque se hace un tanto pesado en su lectura.Tiene muchas referencias a poetas y escritores norteamericanos y a sus obras, elemento que también hace que te termines perdiendo en ocasiones al no conocerlos.

La edición que está en la biblioteca municipal y que he leído es la de Alianza.

Laín Coubert

lunes, octubre 03, 2011

Chocolate

Desde luego es curioso este mundo. A veces dan ganas de abrirlo con un bisturí y poder estudiar aquello que asusta a nuestra propia curiosidad. Sueños que se convierten en pesadillas o pesadillas que se convierten en sueños. Esperanzas ancladas en el olvido, o recuerdos perdidos que asaltan con escaleras y escudos una memoria cuya puerta se astilla con un ariete negro. Ilusiones rellenas de un helio que no hará reir pero que busca las estrellas. Y mientras tanto, ahi estamos nosotros, corriendo de un sitio a otro. Corazones acelerados. Tensión alta. Nerviosos por cosas tan importantes que al rato se olvidan. Cuestiones que te ciegan un minuto y al siguiente se disuelven como el chocolate en la boca: dejando un rastro de sabor entre amargo y dulce.

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Laín Coubert