lunes, octubre 03, 2011

Chocolate

Desde luego es curioso este mundo. A veces dan ganas de abrirlo con un bisturí y poder estudiar aquello que asusta a nuestra propia curiosidad. Sueños que se convierten en pesadillas o pesadillas que se convierten en sueños. Esperanzas ancladas en el olvido, o recuerdos perdidos que asaltan con escaleras y escudos una memoria cuya puerta se astilla con un ariete negro. Ilusiones rellenas de un helio que no hará reir pero que busca las estrellas. Y mientras tanto, ahi estamos nosotros, corriendo de un sitio a otro. Corazones acelerados. Tensión alta. Nerviosos por cosas tan importantes que al rato se olvidan. Cuestiones que te ciegan un minuto y al siguiente se disuelven como el chocolate en la boca: dejando un rastro de sabor entre amargo y dulce.

Foto

Laín Coubert

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