domingo, octubre 07, 2007

Contradicción y deuda

Visto en la red:

Muchos días siento como me abraza una contradiccion, me abraza hasta ahogarme, pero parece que prefiero sentir esos síntomas de asfixia antes que cambiar mi forma de actuar a la hora de escribir en esta bitácora.
Resido en una localidad sevillana de la que es natural mi mujer y con la que nada me unía excepto lo anterior,
Mairena del Alcor. Cada día compruebo como entran en esta bitácora y me enlazan personas que son de Mairena y El Viso, ciudades que comparten apellidos y que han estado muchos años, no ahora por suerte, tan juntas en lo físico como separadas en lo espiritual, lo que motiva que considere que estoy, en cierta medida, en deuda con todos ellos.
Si bien, por cuestiones laborales, paso casi tantas horas en Sevilla como en Mairena, ello no me impide ver como ha evolucionado la ciudad en los casi 15 años que hace que llegué, sobre todo gracias a Antonio Casimiro, su Alcalde. Igualmente he tenido la suerte de ver, comprobar en primera persona, el gran impulso que ha recibido
El Viso del Alcor en los años que lleva rigiendo sus destinos un Alcalde tan joven en intrépido como trabajador y comprometido para con su ciudad.
Es curioso que, cada vez que solemos referirnos a Alcaldes de ciudades de tamaño mediano, tendemos a considerar que están en ese puesto buscando un beneficio personal, generalizando la actitud de
unos pocos indeseables y colgando ese “sambenito” a personas honradas y entregadas a su trabajo, como en los casos a los que me he referido.
Considero que estoy en deuda con Mairena y El Viso por la forma en que me han acogido, por la calidad de vida que me dan y por la forma de ser de la gran mayoría de sus gentes. Uno que viene de una ciudad grande y despersonalizada (cada vez más gracias a los políticos que dirigen sus destinos), aprecia la cercanía y bonhomía de los habitantes de Mairena y El Viso, igual que aprecio sobremanera la actitud de sus alcaldes, siempre pendientes del bienestar de sus conciudadanos.
Espero y deseo poder compensar el trato recibido y hablar, aunque sea de vez en cuando, de las bondades que tienen ambas ciudades, de la realidad de dos localidades que se han vuelto a encontrar, tras muchos años de separación espiritual, gracias a la labor de unos políticos responsables que han evitado hacer hincapié en lo que les separa y han potenciado lo que les une.
Gracias por tratarnos tan bien a mi familia y a mí y no se puede olvidar esa invitación a todos a visitar esta comarca, rica en buena gente.

José Carlos

Laín Coubert

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