viernes, enero 26, 2007

Viernes noche


Yo quisiera vivir así. Tapado con una manta sin ver nada, pero sintiendo tu piel en las puntas de mis dedos. Tu risa resonando en mis ideas, mientras tus pies, vestidos de negro y rosa, rasgan el aire por encima de la mesa, escapando del abrazo de la manta. Cuando un poco de luz entra bajo la manta, ilumina tus labios buscando algún beso prometido y no dado. El leve aroma de tu pelo se agarra con ahínco a las fibras de la manta intentando quedarse allí a salvo. Tus manos, y tus uñas sin pintar de rosa ese día, intentan alcanzar mis mejillas. Pero fallan.

Te giras. Y la manta resbala un poco. Mis dedos se pierden en tu espalda y en tu cintura. Una leve señal rodea tu cintura, rastro dejado por el beso de tu pantalón a esa piel que embriaga con su suavidad.

Mi corazón se acelera al sentir como el aire llena tus pulmones. Al sentir el aire rozando tus labios, y pensar, que ese mismo aire puede terminar en mis pulmones, cerca de mi corazón.

Lo fácil que es tener un viernes perfecto. Lástima que con el sábado trajera lo que trajo.

Al otro día, en los cafés que necesité para serenarme, sólo una imagen aparecía.

A ver si repetimos.
Ya tengo el pad y los juegos preparados.

Laín Coubert

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