martes, julio 17, 2012

Esas cosas raras llamadas libros (y CLXXI)

Hace ahora una par de años que me leía un libro de Francisco Balbuena. Aquella historia estaba situada en Méjico. Por eso cuando ví este libro, una historia que se desarrolla en Sevilla, me decidí a leerlo. Siempre está bien leer historias en la que los personajes recorren calles conocidas. Y tras unos días de lectura intensa he llegado a terminarlo.
Nos encontramos en la Sevilla de Olavide y Jovellanos, en el año 1776. Una Sevilla acuciada por el choque de las ideas de reformas, cuyo centro neurálgico radica en el Alcázar, y las ideas ultraconservadoras defendidas por amplios sectores de la población y que tiene como epicentro el, aún en esa época, temido castillo de San Jorge. En ese entorno se suceden una serie de asesinatos. Una serie de personas relacionadas con el clero empiezan a aparecer decapitadas y con la sangre gelificada. 
Jovellanos, que ostenta el cargo de Alcalde del crimen, se pone a investigar, en colaboración con distintos personajes, entre los que sobresale un viajero inglés. Juntos correrán mil y una aventuras en las calles de una ciudad que ve ya con lejanía sus años de esplendor. En dicha investigación se verán involucrados nobles, masones, miembros de la Santa Inquisición, espías y un largo etcétera de personajes que pululan por las calles de la ciudad del Guadalquivir.

El Alcalde del crimen es un libro muy interesante, que nos cuenta una historia que nos sumerge en la Sevilla de esos años. La historia además no deja sin aliento en sus persecuciones e investigaciones. Eso sí, a veces da la sensación de que el autor lo ha alargado en demasía, creando demasiadas curvas en la historia. En todo caso, muy recomendable.

Está publicado por MR novela histórica.

Laín Coubert

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