sábado, enero 29, 2011

Valor añadido

En estos días, el nuevo gobierno catalán de CIU se enfrenta a su primer problema laboral derivado de una deslocalización de una importante impresa. (qué término más raro éste de deslocalización ¿eh?). Será Yamaha, la fabricante de motos, la que se irá "con su cuento" a otro lado. Lo extraño en este caso es que su marcha no se produce a ninguna economía emergente donde el valor de la mano de obra sea ridículo sino que la fábrica se lleva a Francia, donde la mano de obra, es de suponer, será más cara que aquí. Indican que es por cuestiones de concentración del negocio y por eficacia de los canales de distribución. Se debe decir, por cierto, que la fábrica que se intenta desmantelar producía beneficios. Y también que en ella directamente trabajaban 450 personas. Indirectamente muchas más.

Me comenta un amigo al respecto que el gobierno español debería, ante esta medida, prohibir, o penalizar con alguna tasa, la venta de esta marca de motos para que así la empresa se lo pensara dos veces. Lo cierto es que los españoles, y nuestros diferentes gobiernos, somos muy dados a la prohibición frente a otras estrategias. Creo que existe una estrategia mucho más racional y de más sentido común, que tristemente, yo el primero, los españoles ponemos muy poco en marcha, frente a otros europeos que sí lo hacen. Esta estrategia es el mirar el etiquetado y recuperar el valor añadido de los productos hechos en España y cuyo beneficio se quede en nuestro país.

No es algo que nos inventemos ahora. La propia Siemens ha conseguido elevar sus beneficios con la estrategia de traerse sus fábricas de nuevo a Europa y dándole a sus productos ese valor añadido. Sin embargo, los españoles, somos reaciosa ello, ya que no valoramos suficiéntemente lo hecho en España. Los propios coches oficiales, o los coches que se compran desde las administraciones para los servicios públicos lo evidencian. Mientras que en Francia las calles se ven llenas de coches galos aquí, en España, nadie preguntamos en el concesionario donde está el coche hecho. ¿Por qué el gobierno no obliga a que los coches de policía sean de la marca Seat (aunque algo del beneficio se vaya a Alemania) o del modelo Megane? O mejor ¿por qué los encargados de las compras no ven eso sin necesidad de obligaciones? ¿Por qué no lo vemos todos?

Comprar un aceíte de oliva italiano puede ser bueno. Pero si es español mucho mejor. Si es andaluz, es el carajo. Y si ya es visueño como el Basilippo, el no va más. Todo es cuestión de prismas y de la relatividad de los aspectos micro y macro.

Por cierto toda esta parrafada me trae a la memoria la curiosa e ingeniosa frase de De Gaulle: "Únicamente el peligro puede unir a los franceses. No se puede imponer la unidad de la nada en un país con 256 clases de queso". ¿Nos unirán las actuales circunstancias económicas a los españoles? Parece que la cosa va al contrario.

No puedo dar clases a nadie con lo que he dicho. Es un deseo, una aspiración, por mi parte, porque tristemente soy yo el primero que no lee las etiquetas ni compro los productos en los lugares donde más beneficio podría producir dicha compra. Pero tengo la intención de mejorar esas acciones y creo que merece la pena.

Tampoco debemos engañarnos. Ninguna economía se puede mejorar basándose en el consumo interno. Esa es una mentira, un espejismo, que nos cuentan los medios de comunicación y los gobernantes de turno. Una economía necesita inputs para mejorarse y avanzar. Y el consumo interno sólo elimina outputs, pero no aporta inputs. Eso se consigue de otras maneras, aunque eso dará para otro artículo.

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Laín Coubert

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