martes, enero 19, 2010

Esas cosas raras llamadas libros (y LXIX)

Este libro ha sido el regalo del hermano de Martita por los Reyes. Un libro que había visto en las estanterías de alguna librería pero que no conocía muy bien. En estos días he tenido la suerte de deslizarme entre sus líneas, y he de decir, que el sabor que me ha dejado es más que bueno. Un libro inmejorable y lleno de pasajes de una intensidad que hace temblar y que guarda entre sus páginas reflexiones como el papel que juega el ser humano ante sus semejantes en situaciones extremas (y quizás también en las no tan extremas)

Un pareja baila un vals sin música en los jardines de Luxemburgo de París. Y se prometen matrimonio. Pero algo despues la wehrmacht destroza las líneas de defensa francesas y toma París. La gestapo lo detienea él en su piso por el delito de haber tenido un pequeño papel en la Sevilla republicana. Su detino será uno de los más temibles que existe: Mauthausen, unas letras que no le dicen nada pero que pronto se grabarán en su mente. Las chimeneas, las barracones, la escalera que lleva desde la cantera al campamento y que debían suir con piedras que pesaban más que ellos...todo un paisaje que Rubén, así se llama el sevillano, no olvidará nunca.
Al mismo tiempo Ana, su prometida, participará en los planes de la OSS con el sueño de que ello ayude a que Rubén vuelva con ella.
Mientras todo esto ocurre un extraño violinista recorre Europa. Un violinista que nace del descontento de un insigne ingeniero que no comprende que ocurre en su país, Alemania.

Con este relato Andrés Pérez Domínguez ganó el XLI Premio de Novela Ateneo de Sevilla.

Publicado por Algaida.

Laín Coubert

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