lunes, enero 11, 2010

Blanco y/o negro

No sé si es el cansancio, el estrés o las infinitas ganas de llorar que me corroen por dentro en ocasiones, pero algo me está haciendo en las últimas semanas mucho más crítico con lo que rodea a la política. No sé si siempre he tenido un poso, tampoco sé si grande o pequeño, de pesimismo alojado en algún rincón perdido de mi mente o de mi alma, pero en los últimos días ese poso parece quererse adueñar de mi forma de ver muchos de los ámbitos de la realidad de lo público, o como me gusta a mi, de lo colectivo.

Dicen los textos y las reflexiones de las personas que saben mucho más que yo que un situación como la actual sería un escenario perfecto para un gran cambio. Un cambio económico, político, social y de todo lo que quepa. En ese cambio un peso importante lo conllevaría la juventud ya que con su forma de ver las cosas, supuestamente no contaminada, llevaría gran parte de lo necesario en la mochila. Desgraciadamente en política eso es imposible. Hemos construido unos pequeños apéndices de los partidos políticos con los jóvenes. Me da igual que se llamen Juventudes Socialistas, Nuevas Generaciones, Jóvenes de IU o Juventudes Comunistas. Me da exactamente igual. El mismo perro con diferente collar. Porque me da la sensación que lo único que hemos hecho es contaminar a la juventud, convirtiéndolos en meros hooligans que gritan y dan voces, pero a los que les hemos robado la capacidad de autocrítica y la de criticarnos. No todo es blanco o negro, pero desde la política se juega a ponerse y a poner los anteojos que lo tiñen todo de un color uniforme, que solo cambia dependiendo del lugar de la bancada que se ocupe circunstancialmente en ese momento. Pero sólo blanco y/o negro

Claro que no todas las decisiones que se toman en el seno del PSOE, que es el que me importa a mi, son acertadas. Faltaría más. Y los jóvenes (los y las) deberiamos ser la voz, quizás, más crítica de todas. Pero no lo somos. Somos como ese sueño de la URSS que se convirtió en pesadilla y que todavía se sigue purgando.

Como decía, lo que me importa a mi es el PSOE. Y últimamente se habla de si Zapatero sería un buen candidato para las próximas elecciones generales. Todas las voces que hablan lo ponen ya como candidato. Obviamente no puedo más que respetar la decisión que se tome y luchar porque se consiga el mejor resultado posible en forma de respaldo a las ideas de forma democrática. Pero.....¿no se rompe el debate desde arriba al señalarlo ya tan directamente como candidato? ¿No merecería esta decisión algo más de respeto hacia las bases del partido, esas mismas bases que serán luego las que se curren la campaña? ¿No merecería la pena alguna voz discordante sobre ello? Pepe Blanco, mi Secretario de Organización, comentaba hace unos días que él no veía ningún otro candidato posible. Quizás sea verdad. O quizás no. Yo no lo veo de forma tan cerrada ni tan clara como el compañero Pepe. Por lo menos merecería de un debate sosegado. y alejado de hipocresías, tontos encuadres y falacias. Tristemente los partidos hemos llegado al punto en que un debate supone un afilar de cuchillos y una masacre de la parte perdedora. Un ejemplo maravilloso de democracia.

En ese posible "quizás no" tendría que jugar ese papel protagonista la juventud. Con su rebeldía y sus ganas de cambiar las cosas. ¿Dónde está la juventud? ¿Dónde?

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Laín Coubert

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