domingo, agosto 16, 2009

Sencillamente genial

En estas fechas de idas y venidas a playas merece la pena hacer algo diferente. Y una escapada a Mérida a conocer la ciudad y para asistir a su Festival de Teatro Clásico bien lo merece.
Por sus calles y por su interminable puente romano hemos batido el record de beber botellas de agua, pero el premio de la noche fue excepcional. Una adaptación de la gran obra de Sófocles, una gran interpretación, un marco inigualable.
Ver una obra de teatro allí, empezando a las 23:00 es, sencillamente, una experiencia única. Con la única luz de unos pocos focos, alguna vela perdida y viendo los pasillos superiores iluminados de esa luz de naranja pobre, las estrellas vienen a solicitar que se les respete sus butacas del cielo. Un cielo que amenazó tormenta, con mucho rayo y sus compañías de truenos, con algunas gotas que sirvieron para refrescarnos, pero que dió paso a una noche estrellada.

Una experiencia que recomiendo a todos y todas. No os lo podéis perder.

Laín Coubert

1 comentario:

MR dijo...

Absolutamente de acuerdo.