jueves, agosto 06, 2009

Jueves, 14:30

Recuerdo cuando en la facultad estudiaba las distintas técnicas de entrevista. Si la mente no me falla era en tercero. Páginas y páginas llenas de apuntes, con los márgenes llenos de garabatos y más apuntes, alguna mancha de café y alguna perdida de chocolate.

Nunca supuse que me iba a servir de una forma tan brutal, y digo lo de brutal de manera contundente, en estas semanas que me encargo de entrevistar a las personas que van al Ayuntamiento en busca de trabajo.

Es una de las labores más duras que hasta ahora me he echado a la cara. Muchas personas con pocos sueños vivos, de gente que ha recibido demasiadas ostias ya en la vida, que han mordido más de un anzuelo envenenado. La situación es tremendamente delicada. Y no porque lo diga yo o lo diga otro político. Lo dicen sus miradas, sus temblores, sus miedos y sus lágrimas.
Cada jueves, cuando recojo el papel con las citas anotadas, es como si recogiera un tratado sobre la vida. Mil y un codazos de la vida, un millón de jugarretas entremezcladas con errores de esos que se ven cuando no hay opción de retroceder llorando al abrazo consolador de una madre.

Como los médicos. Diez minutos por visita. Nunca sería yo un buen negocio para la Seguridad Social. Las visitas son personas. Y diez minutos para contar una vida es un suspiro antes del sueño.

Me dan miedo los jóvenes sin ningún tipo de formación y las personas mayores que poco curros pueden encontrar ya.

Estas semanas me llevan a ver con ojos más llenos de asombro a Marina, a Manolo o a Paco Vergara, personas que multiplican mis visitas por mil o mucho más.

Qué facil es decir lo de cambiar el sistema económico. Lo de crear empleo.
Qué difícil es hacerlo. Que complicado es enfrentarse con gente a la que no puedes ayudar tal como se merecerían.

Ojalá algún día los políticos abramos los ojos.
Y si no, ojalá algún día la sociedad llegue a perdonarnos a todos/as por no hacer lo que debíamos.

Foto: carofazzari en flickr

Laín Coubert

4 comentarios:

Anastasio Pineda dijo...

Manu, eso junto a otras muchas cosas se llama "la soledad del poder", lo siento majo pero "te va en el cargo"... me alegro, al menos, que lo vivas con tanta humanidad, suerte y ánimos.
Un saludo

Eunice dijo...

Tiene que ser difícil, supongo que la teoría es lo que menos te vale y la práctica del día a día será lo que te va dando confianza.

mucho ánimo Manu! Eu

MAY SANZ MARTIN dijo...

El ejercicio de la política no es mas que un compromiso con la sociedad.

Y para llevarlo a cabo con garantías de éxito es condición "sine qua non" creer en ambas.

Tu aburrimiento o desidia puede llevar al empobrecimiento de todo un pueblo.

Ánimo, empuja, no mires para atrás, en este año y medio que te queda.

Saludos.

laín-seiduma-loman dijo...

Gracias May