martes, julio 28, 2009

Esas cosas raras llamadas libros (y L)


En estos días decidí leer uno de esos libros olvidados en el salón de mi casa. Es una colección de autores/as hispanoamericanos que regalaba un periódico, creo recordar que el Correo de Andalucía. No coincide con el de la ilustración, ya que el leído es sólo una parte del de la foto.

Gabriel Miró es un autor valenciano que escribió este libro en 1909. Las cerezas del cementerio es un libro que retrata episodios de la vida de Félix, joven valenciano enamorado de la naturaleza y de las mujeres. De la naturaleza, ya sea humanizada o agreste, y de las mujeres, ya estén casadas o no.
Escrito de forma que es un compendio de imágenes retratadas con profusión de detalles, el autor escribe un libro con una riqueza lingüística espectacular. Esta forma de escribir, alejada de las formas imperantes de escrituras actuales, conlleva que el libro se haga a veces algo pesado o lento, comparado con los actuales gustos literarios medios.

El nombre del título hace mención a los árboles que crecían en el cementerio de la localidad valenciana donde se desarrolla buena parte del relato.

Gabriel Miró es un autor relativamente desconocido pese a que su obra goza de mucho interés para los expertos. Parte del problema que lleva a su desconocimiento es el fuerte enfrentamiento que tuvo con Ortega a principios de siglo y que lastró posteriormente su obra.

Un libro bueno, pero que no pasará a ser de mis lecturas favoritas.

El libro que he leído estaba editado por Bibliotex

Laín Coubert

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