Por fin recupero mi conexión a internet, tras mil y un experimentos ( la mejor prueba del sistema de aprendizaje basado en el error-acierto) y tras buscar por toda la casa el manual del dichoso router. Han sido semanas de choricear conexiones y equipos, pero por fin mi toshibita es libre para navegar.Y volvemos con las tremendas noticias de las violaciones realizadas en grupo en los últimos días. Recuerdo como leía en una web de un partido que estas violaciones eran propias de bandas sudamericanas. Supongo que en un intento de tintes que siguen la estela de otras acciones acometidas por ese partido. Sin embargo los que lo han cometido ahora, y de una forma brutal, son españolitos de a pie. No es que eso le sume o reste importancia, pero si podría servir para desmitificar ciertas conductas.
¿Qué castigo se merecen por el daño cometido? ¿Se lo merecen? ¿Cómo pagarán a las víctimas el daño producido? Un daño que las ha dejado marcadas de por vida. Quizás necesitemos igualmente un castigo que les marque de por vida a los culpables, de tal forma que se consiga reconducir las conductas de estos chicos de una forma incontestable.
Podemos poner la línea de la protección de los/as menores más hacia un lado o hacia otro, pero está claro que han demostrado unas conductas difícilmente asumibles en una sociedad como la que nos gustaría tener.
¿Qué hacer ahora? Existirán mil y una opciones.
Pero no pueden quedar impunes. No pueden.
Foto: http://www.flickr.com/photos/soldiraida/2450933469
Laín Coubert
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