Lo dijo el periodista israelí Amnon Levy tras la guerra de Líbano en 2006: “Todo el país se vio arrastrado a una fantasía absurda y pidió sangre. Y cuando la gente quiere sangre, el Gobierno se la concede”. Evidentemente, siempre es la sangre de los otros. Y los que mueren son los responsables, nunca los que matan. Así se escribe la política israelí.La guerra es un instrumento más de comunicación en el lenguaje político israelí. Es mucho más efectiva que una ley o una declaración porque a fin de cuentas los muertos casi siempre los ponen los otros. Su valor aumenta de forma exponencial en las campañas electorales. Tzipi Livni y Ehud Barak ya tienen su guerra y en ella han puesto sus esperanzas de cara a las elecciones del 10 de febrero.
Iñigo Sáenz de Ugarte
http://blogs.publico.es/elmapadelmundo/341/el-lenguaje-de-la-sangre/
Laín Coubert
PD: a faldar de solidario a otra parte http://gentedelviso.blogspot.com/2008/12/fanatismo.html


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