domingo, diciembre 14, 2008

1815

Ocho de enero. Y la niebla llenaba el horizonte de jirones grises. Perdidos entre ellos, restos de las murallas y los edificios de Nueva Orleans. Año 1815, y la niebla llenaba el horizonte.
Eran la élite del ejército británico. 8.000 hombres, veteranos de mil y una batallas libradas en el viejo continente. Hombres curtidos entre balas y sangre.
Frente a ellos, las tropas estadounidenses. tropas formadas en muchos casos por jóvenes sin experiencia. Soldados con caras de niños.
La niebla voló y el ejército inglés comenzó su marcha. Los ocho mil pares de botas iniciaron su avance, al mismo tiempo que los cañones norteamericanos vomitaron sus bombas.
Las botas inglesas, que habían avanzado con firmeza en Europa, pronto estuvieron manchadas de sangre. En apenas 25 minutos las tropas británicas se quedaron sin oficiales, y una cuarta parte de los hombres, unos 2.000, yacían sin vida en el embarrado suelo.
Mucha sangre para una batalla inútil. EEUU e Inglaterra habían sellado la paz hacía semanas. Ya no estaban en guerra. Pero en Nueva Orleans no lo sabían...
Laín Coubert

1 comentario:

Anónimo dijo...

Los emisarios norteamericanos iban en ese momento cruzando el Atlántico!!!
Hay una película que recoge esta historia...pero no recuerdo el nombre jo.
Enhorabuena por el blog

Saluditos Manolito!!
PD: Estás avisando a la gente para el 23???