sábado, febrero 02, 2008

Hábitos de conducta compartidos


Era, creo recordar, un jueves sobre las 20:30 horas. Uno de esos típicos jueves antes de Navidades, con la oscuridad extraña de invierno iluminada por cientos de luces festivas. Salíamos de una de esas clases perdidas en la tercera planta del Murillo. Bien abrigados. ¿Nos tomamos algo antes de que cojas el autobús?

La cervecería estaba a reventar. Supongo que de gente de Económicas, por la forma de vestir digo. Lo que son los estereotipos.

Una mesa pequeña y un par de cervezas. Un plato de aceitunas en el centro. ¿De qué hablamos? De mil y una cosas, como siempe que nos sentábamos juntos. Y es que somos raras las personas que estudiamos Psicología ¿eh?

Pero recuerdo una frase que salió en aquellos minutos. Nunca nos enamoramos de otra persona. Nunca. Nos enamoramos de los hábitos de conducta compartidos. Nos enamoramos de la rutina que nos impone esa otra persona.

Ahí quedo. Y lo malo que era cierto, Lorena.

Cuidate por Jerez. Y gracias por tu carta.

Laín Coubert

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