jueves, febrero 07, 2008

Adaptación e integración


Ha sacado Rajoy en estos días una última propuesta de la barba, digo, de la chistera. Y no me refiero a lo de plantar yo que se cuantos millones de árboles, sino a la del contrato de inmigrantes. Hacer que las personas que vengan a ganarse la vida a España deban firmar un documento adquiriendo el compromiso de adoptar las costumbres españolas. ¿Y qué costumbres españolas? Pues seguramente las que dictarán aquellos que se sentían muy contentos y felices hace unas décadas. Sotanas y gomina rancia vuelven a brillar.
Creía yo que el hecho de la integración era un proceso mutuo. Pero se ve que estaba equivocado. Son los que vienen de afuera los que deben adaptarse. Adaptarse a matar a sus esposas, a beber hasta emborracharse (¡viva el vino!), a conducir atropellando peatones, etc...
La verdad es que en este tema de la inmigración hay demasiada hipocresía. Los que no quieren que entre nadie y los que quieren que entren todos. Unos y otros engañan y juegan con vidas.
En este tema se debe ser inteligente, estar con los pies en el suelo y dejarse llevar por el corazón pero también con el cerebro.
Pero bueno, es que cada uno ve lo que quiere. Y si no ahí tenemos al Cañete para recordarlo. Cañete, Cañete.....
Laín Coubert

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