sábado, agosto 04, 2007

Crash


Tras una semana reuní las fuerzas necesarias para ir al taller y volver a ver mi coche. Al caminar entre coches destrozados un extraño sabor llenaba mi boca. Y el extraño olor que me rodeaba aquella maldita mañana volvía a taponar mi cerebro.
El corazón se volvió loco al ver el coche. Se hace difícil pensar como pude salir de esa con sólo una quemadura en el antebrazo izquierdo. Muy difícil.
El mecánico se dió cuenta de mi silencio. No tiene tanto, dijo. Te enseñaré uno que si tiene tela, ven.
Dios. El c4 estaba aplastado sobre si mismo. Destrozado. Todo el lateral del conductor y la trasera se encogían gimiendo.
Era una chica de 23 años la que lo conducía. Un camión se saltó un stop y le dio de lleno. La chica está en la uvi muy muy grave. Estas fueron las palabras del chaval. Llenas de una mezcla de ternura y de la indiferencia del que ha repetido esas palabras un millón de veces.
No sé quien serás, chica. No ló sé. Pero hazme un favor. Ponte bien, por favor. Ponte bien.
Laín Coubert

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola. Siento muchisimo la historia que te paso. la acabo de saber y sinceramente me he quedado un poco fuera de onda. Espero que te encuentres bien, tanto tu como la otra persona, y que solo haya sido un susto.
Un fuerte abrazo desde el paraiso.

SALUDOS

laín-seiduma-loman dijo...

Hola Martín:

Gracias por tus palabras. Afortunadamente todo se quedo en un susto. Un maldito susto que ya va acabándose.

Gracias de nuevo.

PD: por cierto, mañana a las 12:05 hablarán del blog de la delegación de juventud en Sevilla FC Radio. Ahí es ná. Jejeje.

Saludos.