lunes, abril 16, 2007

Esas cosas raras llamadas libros (y XIII)


Correr por las mañanas por las calles del centro histórico visueño es una gozada. Apretar el paso por la calle Real, pasar junto a la Iglesia escuchando las palomas sorprendidas por las pisadas de las zapatillas sobre el suelo. Escuchar el silencio y sorprenderte de ver tu pueblo sin vecinos, sin la gente que le da la vida. Es una buena de aprender a amar estas calles que forman este pequeño paraiso, como dice Pedro.
Sentarte temprano en algún banco del Calvario y mirar la vega. Esa vega en la que, durante siglos, gotita a gotita, rios de sudor de visueños han servido para forjar el futuro de un pueblo.
El Viso avanza con paso firme en busca de su futuro. Pero esos pasos deben estar apoyados en algo. Y ahí es donde entra el pasado de la localidad, verdadero adn social trasmitido de generación a generación sin querer, porque hay cosas que suceden sólo por el simple hecho del paso del tiempo.
Pasear por las páginas del libro de Baldo es pasearte por el pasado de nuestro pueblo. Es pasearte por las vidas de nuestros y nuestras antepasados/as. Esas personas que lucharon por su pueblo y que fueron mejorándolo poco a poco. Esos visueños y visueñas que pasaron a la historia y que no aparecen en ningún libro, en ningún escrito...ni tan siquiera en el recuerdo de alguién. Se perdieron en algún recodo de la historia, pero dejaron como herencia su esfuerzo por sacar adelante este pueblo y su amor a este rinconcito de Los Alcores.
Son muchos los detalles que recoge Baldo en su libro. Algunos importantes, otros menos importantes (o quizás no), pero todos con el mismo escenario y el mismo final: El Viso.
Un libro para leer y para pensar.
El Viso del Alcor: Memorias del siglo XX de Baldomero Alba Lara
7,8 sobre diez.
Laín Coubert

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