domingo, diciembre 03, 2006

Pinochet


En estos momentos están operando a vida o a muerte a Pinochet. Mucha gente estará pidiendo un resultado de dicha operación, y otra mucha gente justo el contrario. Es curioso el extraño y fino margen que separa el odio y el amor. Para unos, un asesino, y para otros, un "salvador". Supongo que unos y otros tienen razón, desde su propio punto de vista, claro está.

La historia de esos días, de los días cuando alcanzó el poder mediante un sangriento golpe de estado, son historias de cuando la vida se escribía en blanco y negro. Días escritos en libros y periódicos, muchos de ellos escritos cuando ninguno de nosotros tres existía. Las miradas de los guardaespaldas de Allende buscan a los aviones que bombardean la Casa de la Moneda. Sus AK (son esos modelos ¿no?...para que luego digan que no se aprende con la xbox) son de juguete frente a las bombas que desde el cielo les manda el general de las gafas oscuras.

Miles de muertes, desapariciones y violaciones. Un país desgarrado y destruído. Años de dolor y lágrimas. Años de una feroz dictadura.
A cambio un crecimiento económico importante y un país "ordenado" (aunque sea a base de tiros y matanzas).

Como en el caso español, amigos que se toman juntos una cerveza piensan de forma diferente sobre su pasado. Héroe y villano al mismo tiempo.

Una vez más, lo triste es que la historia se escribió con la sangre de sus protagonistas, muchos de ellos accidentales e inocentes.

No es bueno desear la muerte. Que sea lo que tenga que ser. O lo que Dios quiera.

Hay gustos para todo.

Hassam Seiduma

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