sábado, junio 24, 2006

Interminable paso fugaz


Dijeron una vez que la vida es eso que te ocurre mientras tú haces planes. Los seres humanos somos muy tontos, y solemos acordarnos antes de lo malo que de lo bueno. Una sola lágrima eclipsa en nuestra cabeza a miles de sonrisas. Somos pequeñas estrellas fugaces que volamos por el espacio atraídos y llevados no se sabe muy bien por que fuerzas.
Pero en ocasiones, podemos encontrar en nuestra incierta ruta, a otra estrella fugaz. Otra estrella que nos engancha con su cola de luz. Y allá que marchamos a recorrer el espacio, o la vida, uno tras el otro. Persiguiendo uno los suspiros del otro, recogiendo el otro las lágrimas de éste. Algún día terminará el viaje y se acabará la luz. Pero mientras habrá existido lo que merece la pena: dos viajeros unidos por sus sueños.

Parándose bajo la lluvia hasta terminar empapado, sentándose a ver llegar las olas a La Caleta, deteniéndose a ver los bailes de las gaviotas por el Paseo, tirándote en los cojines del Café Central, perdiendo la mirada en el café del Kakao, quedándote en los escalones de cualquier escalera de la facultad, echándote sobre el volante en cualquier semáforo en rojo, deteniéndote al pasar una página en el libro de Saramago, abriendo los ojos al escuchar “Desde el desierto!”, con el móvil por la noche junto a la almohada…..hay mil y unas formas de acordarse de ti, ¿sabes, bella durmiente?

Laín Coubert