lunes, junio 19, 2006

Bienvenida a casa, Ana María


Hay sensaciones extrañas que se adueñan de nuestra vida por momentos. Sensaciones sin color definido. Sin sustantivo capaz de nombrarla.
Ojos con los que seguro que te has cruzado en la vida, pero que empiezan a tomar su importancia, un poco después. Ojos con los que deseas con voraz ansia volver a cruzarte.
Podría decir muchas cosas. Podría escribir líneas y líneas, repletas de garabatos para intentar expresar lo que siente mi corazón. O lo que siente mi cerebro. Lo que siente éste que te escribe. Podría hacerlo sin duda. Pero no conseguirían reflejar para nada la felicidad que ha supuesto una simple llamada de teléfono. Una llamada de teléfono. Lo fácil que es hacer a uno feliz ¿eh? Lo bueno es que no soy yo sólo el que sonríe. Sonríe todo el que te quiere en este pueblo. Y somos muchos/as. Te lo aseguro.

Ana María, bienvenida a casa. Y feliz cumpleaños.

PD: Muchas gracias a toda la gente que ha colaborado en hacer que un pueblo recupere la sonrisa. En El Viso tenéis vuestra casa.

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