Me siento orgulloso de ello. Lo cierto es que me ha costado mi esfuerzo porque he tenido que leerme unas instrucciones que a veces sonaban a chino. De poco ha servido mi experiencia con la play porque el cacharro tiene botones parecidos pero ahí se queda la cosa. Me he tenido que leer y releer las instrucciones, tanto de la máquina como de los productos que he tenido que usar. y mezclar esa información con la que pone en las etiquetas de la ropa. Pero al final, como decía, he conseguido poner en marcha la lavadora y lavar la ropa de forma casi perfecta. Casi rozando los 30, un poco tarde, pero aplicaré el refrán ese que reivindica que aunque tarde lo conseguido es importante.Y ahí que voy yo con mi logro a cuestas, orgulloso de ello, a contárselo a la gente. Y es entonces cuando me encuentro de verdad la sorpresa. Cuando se lo comento a mis amigos la mayoría me mira con cara de loco. ¿Una lavadora?, preguntan con cara de poquer.
Una lavadora, si señor.
Y eso que estamos alrededor del 8 de marzo.
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Laín Coubert


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