martes, abril 21, 2009

Esas cosas raras llamadas libros (y XXXVII)

Una vez recuperado el hábito es difícil pasar una noche sin leer. He cogido una buena velocidad lectora que me ayuda a compaginar las maravillosas oposiciones con libros que llenan mi mente de voces y altavoces.
Empecé con el primer libro fruto de los "convenios" por cumpleaños, tradición de cambiar libro por libro en cumpleaños y que ya existe desde hace unos añitos.

El primero que he leido ha sido El infinito en la palma de la mano de Gioconda Belli.

Un libro que recorre la historia de Adán y Eva desde el punto de vista de ese primer hombre y de esa primera mujer. Dos personajes que, al fin y al cabo, nos dotaron de la libertad en si misma.

Es una novela con imágenes muy nítidas, con colorido y con frescura. Plantea interesantes reflexiones sobre la libertad y las obligaciones que conlleva. Recorre la expulsión del paraiso, la adaptación a la nueva tierra, el descubrimiento del amor y del sexo, el nacimiento de hijos....

Tiene una muy fácil lectura que provoca que el libro se termine en un plis plas.

Está publicada por Seix Barral, aunque la edición que yo heleido es la de Círculo de Lectores.

Laín Coubert

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