Acertamos de lleno, porque además de bonus nos encontramos unas increibles procesiones.
Lo mejor, fue visitar de nuevo ese increible rincón, y lo peor, la estampa que nos encontramos un poco antes de llegar al encontrarnos un coche destrozado contra un árbol y la Guardia Civil y los bomberos trabajando entre gritos de dolor. A veces las líneas que separan la vida son demasiado tenues. Demasiado.
Laín Coubert
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