sábado, mayo 05, 2007

Palabras y realidad

Nos decía hoy la compañera Magdalena, Ministra en estos años, que Aznar intentó mofarse del AVE llamándolo "el rapidillo". El ex-presidente, no se sabe si influenciado por la ingesta de vino, intentaba de esta manera usar una de las estrategias que la Psicología de la Comunicación expone de cara a atacar una idea.
Ciertamente, como ella exponía con claridad, quizás, tras el éxito que tiene este medio de transporte, y su próxima llegada a todas las provincias, deberíamos cambiarle el nombre de AVE y ponerle, en recuerdo del del bigote, "el rapidillo". Así vería que los delírios de grandeza del PSOE, como también decía en relación al AVE, era una magnífica idea.
Estos juegos del lenguaje, muy interesantes y muy usados por escritores de diverso origen, han sido estudiados por diversas ramas de algunas ciencias. En Sevilla, tenemos buenos especialistas en el tema. En la facultad de Psicología, por ejemplo, el siempre carismático Daniel exponía con clara pasión todo aquello que había aprendido al respecto durante sus años de clases en EEUU.
Todo ello lo comento porque llega a mis manos un díptico donde se comete un error de bulto, desde mi punto de vista, al cambiar los términos. Un partido político, omito sus siglas porque no es lo importante en esta entrada (lo podría haber hecho, seguramente, otro cualquiera), en vez de "amas de casa" usa el término "administradoras de hogar". Al leerlo me quedo con cara de ¿?¿?¿?¿?. ¿Qué coño o cojones es "administradora de hogar"? Al final un amigo mio me dice: "es la nueva forma de decir "ama de casa, es lo mismo". Entonces....¿qué es lo que se persigue? ¿Qué se intenta al ocultar ese término? ¿Y qué es lo que se consigue realmente?
Son dos significantes para referirse a un mismo significado. Un significado (lo real, ya que el significante nunca lo será) que parece intentarse dotar de más categoría por cambiarlo de significante. Eso es un error.
Me decía la profesora María del Mar, la persona más feminista en el mejor sentido de la palabra que yo he conocido,( y luego famosa por ir al Parlamento para defender la adopción para todos/as igual), que "lo que no se dice no existe". ¿Estamos intentando entonces ocultar la realidad de lo que es una ama de casa al metamorfosear el término?
Es un error de bulto. Al no querer pronunciar, al sentir miedo, de decir "ama de casa" se hace lo contrario de lo que se intenta. Se reviste su significado de más carga peyorativa. Si no se quiere decir....¿es qué será malo no? Se sobrecarga esa realidad negativamente.
Si se quiere dignificar algo hay que llevarlo en primer lugar a la realidad, a las palabras, a los discursos. El ocultarlo no sirve de nada, sino todo lo contrario.
Muchas veces he dicho que me siento orgulloso de ser hijo de una chacha. Cojones, coño,¡¡¡¡ es que es verdad!!!!!! Y no voy a ser yo el que le quite dignidad a mi madre, sino todo lo contrario.
Como diría Aznar..................al pan, pan....¡¡¡y al vino, vino!!!
Laín Coubert

1 comentario:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo contigo.
Toda la gente que ha leído ese papel está extrañada, y creo, personalmente, que es verdad que se le hace un flaco favor a las amas de casa.

Un abrazo