
El día de ayer fue inmejorable. Tenía el mono de salir a la calle como ayer se hizo. Y la cosa no pudo ir mejor. Mi grupo tardó en pegar los carteles. Pero la tardanza no pudo estar mejor motivada. Creo que las risas, los toques en la espalda y las palabras de ayer son un premio que deja a cualquiera en una nube.
Las cervezas, los carteles, los rollos de cinta y las risas conforman una cóctel que todo aquel que alguna vez lo ha probado lo añora.
Ayer hubo otra cosa que me fascinó. Alguien en la sede estuvo mirando los libros esos que nadie nunca mira. Es más. Alguién sopló el polvo de uno de ellos y se lo llevó para leérselo.
Quizás, al final, las encuestas incluso vayan a acertar.
foto
Laín Coubert
Las cervezas, los carteles, los rollos de cinta y las risas conforman una cóctel que todo aquel que alguna vez lo ha probado lo añora.
Ayer hubo otra cosa que me fascinó. Alguien en la sede estuvo mirando los libros esos que nadie nunca mira. Es más. Alguién sopló el polvo de uno de ellos y se lo llevó para leérselo.
Quizás, al final, las encuestas incluso vayan a acertar.
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Laín Coubert
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