Cuando escucho la vieja voz de mi sangre
que canta y llora recordando
pasados siglos de horror,
siento a Dios que perfuma mi alma
y en el mundo voy sembrando
rosas en vez de dolor.
miércoles, marzo 17, 2010
Hasta la victoria
Un gendarme francés de 53 años ha sido la última víctima de esta panda de asesinos que destila su podredumbre en discursos y mentiras. Os machacaremos, canallas.
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