jueves, septiembre 17, 2009

Esas cosas raras llamadas libros (y LIV)

El último Dickens, de Matthew Pearl, es el libro que ha protagonizado mis últimas horas de gripe. Un regalo de mi novia, que llegó a mis manos hace un par de semanas y que, a pesar de que al principio me pareció un poco tostón, al final ha mejorado bastante. Este libro es además una de las sensaciones literarias del año, gracias a una inmensa campaña de publicidad y miles de ejemplares vendidos en multitud de países.

El 9 de junio de 1870 Charles Dickens moría de un derrame cerebral mientras terminaba su última novela. De ella había escrito seis entregas de las doce que lo iban a componer. De esta manera, El misterio de Edwin Drood, se convirtió en una de las más importantes leyendas del mundo literario.

El libro de Pearl se instala en este escenario y recrea la ficción de la búsqueda de esa parte del libro que no se sabe si Dickens llegó a escribir. Su editor de Boston lo busca con ahinco, luchando contra mil y un peligros que dejarán una larga estela de muerte y sufrimiento.

El libro recorre escenarios en Londres, Boston y la India, y dibuja a la perfección el choque que supuso el salto tecnológico que se vivía en aquella época. Avance que trajo una mayor calidad de vida, pero acompañada de otros compañeros de viajes como, por ejemplo, el consumo de opio.

El libro está publicado por Alfaguara.

Laín Coubert

No hay comentarios: