Quisiera querer los que otros no han sabido querer. Quisiera conducir cada día durante muchos kilómetros escuchando tu risa y tus indicaciones. Mirándote de reojo para ver esos ojos tuyos que calman el estrés que cala hasta los huesos. Mirándolos me pregunto que razón tiene aquello que hasta este momento me parecía tocado por la varita de la verdad absoluta. ¿Qué tiene valor al lado de tu risa?
Ponerle tu nombre a todas las olas del mar, como dice la canción. Eso haré. Eso.
Laín Coubert
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