
Por simplificar podriamos decir que lo público nace del interés común de los intereses privados. Al fin y al cabo una administración no es más, o no debiera ser más, que un órgano coordinador del que se nutre la sociedad para canalizar los asuntos que, a otros niveles, no se podrían trabajar. De esta forma, cada persona pone un poco de su dinero para que estos órganos puedan funcionar y con ello ejecutar los trabajos que tienen encomendados.
En los actuales momentos en los que vivimos, en los que el aspecto privado le ha ganado de sobra la carrera a los aspectos comunes, lo público se convierte muchas veces en la "teta gorda". La verdad es que nunca dejarán de sorprenderme las peticiones que llegan al ayuntamiento.
Cualquier necesidad, cualquier deseo, se pide en el ayuntamiento como si éste fuera una especie de Rey Mago o Santa Claus que tiene, por si fuera poco, el deber, y digo el deber, de satisfacer lo que se pide. Y, obviamente, no estoy hablando de peticiones de primera necesidad, sino de otras muy muchas que no tienen más de necesidad que el caso que os relataré a continuación.
Si montara un "club de Rainbow six o de fifa 09", yo lo tendría claro. Iría al ayuntamiento a que me rellenaran todos los papeles necesarios para inscribirme en el registro de asociaciones. ¿Qué me tengo que apuntar en el de la Junta? Sin problemas: que me rellene los papeles y me los lleven gente del Ayuntamiento. ¿Quiero hacer unas jornadas? Sin problemas. Que el Ayuntamiento me busque un sitio, me ponga un equipo, alquile 40 plays 3, un monton de juegos, me ponga la conexión a internet, me haga los carteles, me los pegue, me ceda espacio en la radio, me ponga a personal para hacerlo....Eso, aparte está, de que me pague cada año una subvención lo más grande posible. ¿Justificación? ¿Papeles? Eso que lo rellene la gente del Ayuntamiento.
Creo que a veces nos pasamos. Unos por pedir y otros por dar nuestro brazo a torcer. No creo que "lo público", lo de todos, esté a veces para las cosas que algunos creen. Quizás el problema es que lo público al final termina siendo algo de nadie y por ello alguna gente lo ve simplemente como una mesa llena de recursos a saquear. Yo pillo esto y salgo pitando por si acaso.
Quizás todas las fuerzas políticas debamos ser más realistas y coherentes en esto. Y llegar a un acuerdo real para empezar a educarnos todos y todas. Quizás se tengan que terminar con viajes en autobús, viajes, subvenciones, actos o cartelería. Quizás debamos recortar ciertas "prestaciones", incluidas algunas que repercuten en los partidos políticos. Y seguramente debe ser un análisis coherente y sereno. Pero es que la teta no puede seguir creciendo infinitamente, pero la práctica y los refranes (da la mano y te cogeran el brazo) dicen que eso es lo que pasará si no aprendemos a decir que no, tal como refleja el libro de Asha Phillips en relación a los niños. Y es que siempre un "no" enseña más que un "si".
Sólo así además se hará justicia con los colectivos y el fin último real de esa cosa tan extraña que se llama "lo público".
Laín Coubert